Capítulo 34

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                         •Perdición•

Zoé.

-¿Dónde está es bastardo?!. ¡Dime!. ¿¡Este era tu plan!?, ¡tenerme a tus pies y luego, ¿luego que?.- sus venas se marcan en el cuello de la ira- ¿De verdad creíste que me enamoraría de ti?

Mis lágrimas caen empapando sus manos y mi cuerpo tiembla de dolor.

-No...

Suelta una risa cínica y su mandíbula se aprieta mientras su agarre se intensifica.

-¡Deja de mentir maldita sea!- escupe y sus ojos se cargan de fuego- Vas a decirme todo lo que sabes así tenga que sacártelo a golpes.

-Alex...

-¡Cállate!- me grita- Maldita sea la hora en que te conocí. Maldita seas tú, maldita una y mil veces, Zoé Clark.

-No he hecho nada de lo que me acusas, Alex. Por favor.- ruego con la voz rota y mi corazón en pedazos

-¡Sigue siendo una puta mentirosa!, voy a matarte, maldita ramera- espeta volviendo a mi haciéndome retroceder- Eres una estupida al creer que podrías traicionarme y salir con vida.

Niego con la cabeza tantas veces que duele. Tantas veces que mi cuerpo se estremece. No era cierto, él tenía que dejarme explicarlo porque no es cierto, tenía que saberlo, sin embargo, cuando intento correr hacia el, dos tipos me toman en de los brazos poniéndome en frente de toda la familia Massaro.

-Ya saben las reglas.- escuchó decir a él hombre que creí que jamás me haría algo tan cruel- La presa tiene cinco minutos de ventaja el primero que la traiga, muerta, gana.

-¡Por favor, ten piedad!- suplico con dolor y mi mirada busca la suya. Necesito que me crea, por favor...- Te estoy rogando, sólo ten piedad, te juro que no, yo no...

-¡Cállate de una puta vez!- escupe- Solo tienes dos opciones.... Empieza a correr, corre porque si yo te encuentro, vas a morir de la forma más horrible que puedas imaginar.

Estoy temblado y mis lágrimas ruedan por mis mejillas. Me siento completamente llena miedo y horror observando a todos prepararse para cazarme. ¿Que voy a hacer?, ¡Dios!, esto no está pasando, no está pasando...

Mi mirada pasa por cada uno, cada uno de ellos que creí que me amarían y protegerían como aquella familia que siempre desee detener, pero, sus miradas solo mostraban el asco y la repugnancia que sentían cuando eran traicionados. Este es mi final. Porque con ellos, tu única salida es la muerte.

Ellos eran aquellos depredadores sin piedad cuando de los enemigos se tratan, aquellas bestias demoníacas van a acabar conmigo sin tener piedad. Así que, solo tengo una salida.

Mis piernas empiezan a correr con todo lo que ellas pueden dar. Escuchó como todos sueltan los cargadores y se deshacen del seguro de sus armas. En cuanto acabe mi tiempo estaré perdida, si no soy lo suficientemente rápida, voy a morir. Moriré en manos de los que amaba.

Piense en todos mientras sigo corriendo y mi pecho se comprime con dolor, mi pequeñas niñas, aquellas que lo único que tenían era a mi, aquellas niñas que quedarían solas, era tan injusto, tan jodido, ¿lo peor?, lo peor es que no puedo cambiar mi destino. Voy a morir...

-¡Ahora!- su grito me hace temblar de miedo y la esperanza de sobrevivir se esfuman por completo

No lo entiendo. No me cabe en la cabeza. No puedo con esto. ¡Joder!,¿por qué?, ¿por qué esto me tiene que suceder a mi?

Disparos suenan por todos lados, intento ocultarme y mis manos tiemblan con horror. Lloro y mi vista se nubla. Respiró hondo manteniendo la calma mientras me escabulló por la selva

Las ramas me golpean por todos lados rasguñando mi piel. Mi corazón duele y mi cabeza pesa al punto de hacerlo insoportable. ¿Como pudo hacerme esto?, ¿por que?, yo creí.... yo creí que era diferente, que él me protegería, que él me ayudaría, ¿por que?

-Por favor...

Suplico y sigo caminando mirando a todos lados. Tengo que luchar, tengo que hacerlo, tengo que intentarlo por ellas, por mi pequeña Mila, por Molly, porque ellas me necesitan. Tengo que hacerlo, tengo que salir.

Escuchó pasos a lo lejos y mi cuerpo se tensa completamente. Limpio mis lágrimas con fuerza y me preparo para seguir huyendo. Mi piel quema y mi corazón sigue rompiéndose cada minuto más y más. Estoy tan jodida, tan perdida y todo, todo por amar a un demonio, todo por creer que ese monstruo tendría corazón. Porque no lo tiene, un maldito como ese no puede amar a nadie.

No sé cómo lo logro, pero llego hasta la playa y mis pies descalzos con tierra y todo tipo de cosas, tocan la arena caliente. Empieza a correr como loca mirado hacia atrás, entonces, como si mi cuerpo solo reaccionara a su presencia. Me giro, y lo veo.

Mi corazón se detiene y mis lágrimas salen con pesadez y dolor. Estoy tan rota, aquella felicidad, aquella hermosa vida que intente tener, todo había acabado en un abrir y cerrar de ojos. Acabo aquel sueño convirtiéndose en una pesadilla.

No me detuve, seguí corriendo y vi como él se acercó rápidamente. El miedo se coló por cada poro de mi piel, cada centímetro de mi cuerpo sentía como si la muerte estuviese viniendo por mi. Y es que, así era.

Vi a lo lejos una pequeña lancha, un hombre de mediana edad acabada de llegar mientras ignoraba aquella caseria que se hacía al interior de la isla, una cacería donde yo soy la presa.

-¡Corre!- grita con odio mientras sigue cercándose. Mi cuerpo tiembla y no lo pienso dos veces cuando subo a aquella lancha

El hombre empieza a hablar pero cuando ve a él demonio acercándose, solo retrocede. La enciendo con las manos temblorosas y está, se pone en marcha rápidamente. Me alejo poco a poco de aquel infierno, de aquel paraíso y de aquella salvación que ahora, era mi perdición.

Caigo de rodillas y mi corazón duele tan horriblemente que siento un nudo en la garganta y un vacío en el pecho que quema. Duele demasiado, tanto que suelto un grito desgarrador

Mis lágrimas caen siendo lastimada, levantó la mirada a él viendo cómo imita mi acción. Está frente a mi, de rodillas, su cabeza está echada para atrás y su arma está a apuntando  directamente a mi. Quiero que lo haga, quiero que jale el gatillo y dispare, quiero que acabe conmigo de una puta vez, ya no importa nada

No importa lo que haya prometido, no importa mi deseo de sobrevivir, estoy segura que después de esto, no podré hacerlo. Era mejor que él acabara conmigo, porque, siento que él acaba de asesinarme de dolor.

Acabas de matarme, acabas de deshacerte de mí para siempre.

PERDICIÓN Where stories live. Discover now