Capítulo 30

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•Disfruta mientras la calma esté cerca•

Salgo de la habitación, bajo las escaleras y busco con la mirada aquella persona que puede responder mis dudas. Todo mi cuerpo duele asquerosamente obligándome a buscar ayuda de los barrotes

Ese demonio insaciable por poco y me destruye literalmente. No sólo estoy agotada físicamente, también emocional y mentalmente. Y aunque, fueron las mejores horas de mi vida, con todo y sus efectos secundarios, mi cuerpo es uno mortal agotándose como cualquier persona en el mundo. Sin embargo, la sensación de que por un segundo el fue mío, pone todo el dolor en un segundo plano, si contar que, adoraba que yo fuera su mundo en este instante.

-Hola cariño- Besa mi mejilla y toma asiento en su lugar mientras me observa con serenidad

Respiro hondo tratando de encontrar las palabras para preguntar pero con una mujer tan intimidante y que irradia tanto poder, me es difícil. La señora Cassandra se tensa cuando nota mi nerviosismo y de seguro mis moretones en el cuello por aquellos exquisitos labios.

-Sabes que si el demonio de mi hijo te ha hecho algo, puedes decírmelo. ¿Verdad?

Niego con la cabeza y levantó la mirada hacia ella. Tomó asiento a su lado y respiró hondo mientras ella me observa con preocupación.

-Zoé, de verdad. Me vale mierda si yo lo parí. Si se atrevió a tocarte- intenta levantarse- Voy a cortarle los huevos.- afirma asiendo que tenga que tomarla del brazo para que se detenga

¡Dios!, es realmente sorpréndete como no le importa enfrentarse al mismísimo demonio, aunque sea su hijo, por alguien que apenas conoce. Es simplemente, extraordinario. Ojalá mi madre fuera más cómo ella.

Río ante sus palabras aferrándome a que sean cierto. Mi pecho se pincha de algo extraño, una sensación que hace mucho tiempo no experimentaba. Protección, lo que algún día mi madre tuve que haber hecho, ella lo hacía en tan solo unas semanas. Era increíble.

-No, no es eso- niego- sólo que.... Antes de irnos a la casería me dijiste que me enseñarías a defenderme

Asiente con la cabeza y sonríe con tranquilidad volviendo a su lugar.

-¿Quieres empezar ahora mismo?

Sentí el alivio inundarme y asentí con la cabeza feliz. De verdad quería hacerlo, quería entender este mundo, quería saber lo que era ser una mujer como Cassandra Fabbri, poderosa, hermosa e indestructible.

Un una hora después. No puedo más, siento mi cuerpo completamente adolorido. La señora Cassie ríe divertida mientras mis músculos no resiste otro golpe.

-Vamos cariño. Sé que puedes hacerlo mejor.- me anima tomando su linda melena pelirroja en una coleta alta

Me levantó y limpio el sudor que cae por mi frente. Mis piernas intentan fallarme y mi corazón está demasiado agitado. Jamás creí que sería tan difícil esto. Jamás imaginé que ser una mujer de la mafia significaba tener que ser una masoquista de mierda.

-Analiza los movimientos- explicó y ambas nos ponemos en posición- Analiza a tu enemigo y estudia cada golpe- suelta su brazo hacia mi cara y logró esquivarlo escuchando sus palabras- ataca.

Y cómo si mi cerebro solo reaccionara a su voz. Empiezo a esquivar y a la lanzar golpes con agilidad. La adrenalina recorre mis venas y mi cuerpo pareciera que no tuviese dolor. Lanza una patada a mis costillas que me hace retroceder pero no me importa, me abalánzalo contra ella y tiro de su cuerpo cayendo sobre ella

Duele, demasiado. Intento levantarme y ella extiende su mano para ayudarme. Me mira con autoridad y luego, una sonrisa orgullosa decora  su rostro

-Estuvo bien para ser tu primer día.- afirma y mi orgullo crece. Por supuesto que no, lo dice porque ella es un amor, sé que lo hizo pésimo y mis golpes son la prueba de ello.- No te preocupas, con la práctica sé que lograrás poner a todos esos malditos a tus pies.

PERDICIÓN Where stories live. Discover now