Bleach: Revisited -COMPLETO-

Capítulo 27: Ch 27 Una Esperanza Cubierta de Espinas

"Así que", dijo Ichigo, dando un profundo suspiro, "¿a dónde vamos desde aquí?"

La sala de reuniones estaba inquietantemente silenciosa, con los sonidos de la ropa susurrando y las esteras de paja siendo recogidas. Los ojos permanecieron evitados, pero el brillo de la pantalla ahora inactiva reflejaba en sus ojos un verde siniestro. Las escenas que habían brillado ante ellos, aunque en gran parte corrompidas por la conexión dispersa de Hueco Mundo, perseguían sus mentes. Ichigo estaba seguro de que la imagen de Amelia brutalmente Hollowfied los había traumatizado hasta el punto que él mismo. Pero sabía que Ash era la más afectada de todas, con la cabeza en las manos. No podía decir si ella había estado llorando o no.

Rukia, sentada al lado de Chad y Orihime, no había anticipado nada como esto a su llegada. Había escuchado muy poco sobre los acontecimientos en el Mundo de los Vivos, además de los informes que iban y venían entre Urahara y la Duodécima División, así como la limitada correspondencia entre ella y Yoruichi. Tenía curiosidad por saber por qué esta situación no se había planteado con la Soul Society, pero no era el momento adecuado para preguntar. Sus ojos violetas escanearon la habitación, descansando un momento en Grimmjow. Se sentó en el rincón más oscuro de la habitación, con los ojos perdidos en la distancia. No se parecía al mismo Espada que la había empalado la noche que se conocieron, pero eso no impidió que su instinto se apretara de rabia. Encontró su presencia asquerosa, pero no había escuchado nada negativo sobre su tiempo en el Mundo de los Vivos.

Urahara finalmente rompió el silencio, quitando el sombrero a rayas de su cabeza. Durante los cientos de años que había estado vivo, nunca lo había sentido cansado. El agotamiento corría a través de él, sus ojos pesaban mucho por la carga, la guillotina que colgaba sobre todas sus cabezas. Las imágenes, la explicación que Ichigo les había dado, la idea de que el Hogyoku se había vuelto mucho más fuerte de lo que nadie podría haber anticipado casi lo aplastó. Sus labios puestos en un ceño fruncido. "Hay tantas complicaciones en esto", dijo, su voz pesada, "y la solución que estoy a punto de dar podría complicar aún más nuestra situación." Se puso de pie, colocando su sombrero sobre su cabeza.

"A la luz del hecho de que el Capitán Jefe prohibió incluso a un solo agente ingresar a Hueco Mundo", dijo Urahara, "enviar a cualquiera de nosotros a Las Noches a ciegas sería una misión suicida."

Ash levantó la cabeza, con los ojos rojos. Estaba claro ahora que había estado llorando, pero sus ojos de aguamarina les tenían una ventaja. "No para crear repeticiones innecesarias", dijo Ash, su voz ronca, "pero, ¿qué hacemos ahora?" Sus palabras ya no tenían el rebote feliz y astillador que el grupo conocía, sino una profunda tristeza y enojo oscuros. Parecía lista para matar. Ichigo sintió un escalofrío bajar por su columna vertebral.

Echando un vistazo a Yoruichi, Urahara respiró hondo. "No vamos a enviar a Ichigo a Hueco Mundo", dijo por fin. La tensión se rompió, la presión espiritual en la habitación aumentó drásticamente. El aire se enfrió, el aliento se convirtió en nubes de humo. Ash se puso de pie, cara oscura. Dientes desnudos, ella sostuvo la cabeza en alto, gritando, "ASÍ QUE PLANEAS DEJAR A MI HERMANA EN ESE LUGAR PARA MORIR?" Ella era casi irreconocible en el lapso de varios segundos, la ira se derramó. "TÚ DESPERDICIADO MI TIEMPO PARA DECIRME QUE PREFIERES DEJARLA PUDRIRSE ALLÍ QUE REALMENTE PROPORCIONARME UNA SOLUCIÓN PARA SALVARLA?!"

Si Urahara no se equivocaba, podría haber jurado que sus ojos tenían un brillo para ellos, sus manos se convertían en garras. Teniendo en cuenta que esta chica no tenía poder espiritual o energía inusual, había irritado la presión en la habitación en gran medida. Se formó un bulto en la garganta, agarrando su bastón. Estaba preparado para un ataque, en este punto. Fuera del rabillo del ojo, podía ver a Yoruichi tenso, sus ojos dorados parpadeando peligrosamente.