Bleach: Revisited -COMPLETO-

Capítulo 31: Ch 31 Como Arriba, Así Abajo

"ALGO SIMPLEMENTE CEPILLADO CONTRA MI PIERNA!"

Keigo gritó, levantando las piernas una tras otra en un baile bastante ridículo. Sus brazos se agitaban, asustados de lo que corría sobre el oscuro y arenoso suelo de abajo. "Keigo, deja de gritar!" Uryu dijo en un tono silencioso, agarrando el brazo de Keigo agresivamente. "Vas a atraer a Hollows si sigues gritando cada vez que algo te toca!" Keigo dio una risa avergonzada, su cara se puso roja. "Ahora, por favor, por última vez, quédate tan tranquilo como puedas?" Uryu dijo por fin, soltando la muñeca de Keigo, alejándose. Su rostro estaba tenso, ojos azules dando vueltas, mirando hacia la oscuridad más allá.

"Lo siento por eso", susurró Keigo a la parte posterior de la cabeza de Uryu. Miró hacia abajo por un segundo antes de moverse, asegurándose de que nada lo estuviera mirando hacia atrás. No podía estar seguro, pero había jurado que pequeños ojos lo habían mirado de vez en cuando.

"Oi, no te detengas en medio del camino, tonto!" Tatsuki dijo, empujándolo suavemente hacia adelante. "Casi me encuentro contigo!" Keigo casi saltó de su piel cuando Tatsuki lo tocó, corriendo hacia adelante y mirando hacia atrás con miedo en sus ojos.

"Jesús!" dijo de vuelta. "En este punto voy a morir de un ataque al corazón en lugar de un ataque Hollow!"

Tatsuki sacudió la cabeza, caminando junto a él. Su tensión se filtró a través de ella, haciéndola irritable. La oscuridad constante y las figuras y ruidos distantes que perseguían al infinito más allá a ambos lados de ellos la aterrorizaban. "Solo manténgalo en movimiento", le llamó. "Cuanto más rápido nos movamos, más rápido estaremos fuera de este lugar..."

La risa distante llamó su atención, resonando en las columnas de cristal que se cernían sobre ellos. Los viajeros se congelaron, sus ojos se lanzaron por todas partes. "Hemos sido vistos", murmuró Uryu, su cruz Quincy enclavada en la palma de su mano.

Grimmjow lo miró, su rostro envuelto parcialmente en la oscuridad. "Estábamos siendo acosados todo este tiempo", dijo desdeñosamente. "¿Cómo no lo notaste? En el momento en que pisamos aquí, nos follaron." El Espada instintivamente alcanzó su cadera, donde su zanpakuto una vez descansó. Su rostro se arrastró en un ceño fruncido al darse cuenta de que ya no estaba allí, esperándolo. "Mierda", se susurró a sí mismo, preparándose. Sin sus poderes y espada, era un pato sentado.

"Ha sido entonces hace mucho que olí a un humano¡!"

La voz llegó a los oídos de los viajeros, girando a su alrededor. "Y es bueno que todos hayan llegado", dijo de nuevo, llegando al suelo, "¡porque nos morimos de hambre!"De la oscuridad vino el escalofriante resplandor de los ojos deslizándose hacia ellos, orbes dorados de malicia. Varios pares los rodearon, descendiendo desde el techo. Se podía escuchar charlar, hacer clic y raspar cuando los Hollows salieron a la luz, revelando las caras inquietantes de las máscaras blancas blanqueadas. Ángulos crueles y dientes afilados y sobresalientes los saludaron, sonriendo.

Keigo de repente se sintió pequeño, expuesto, sus manos temblando ligeramente. En su mente, recordó su pelea con el último Hollow que había peleado, pero eso era muy diferente del momento actual. Solo había habido uno esa vez, y en el terreno lo sabía muy bien. Pero aquí estaba, todavía inseguro exactamente cuáles eran sus propios poderes en una tierra tan hostil a los humanos que se sorprendió de que todavía estuviera vivo. Levantó la mano, mirando el anillo negro en su dedo medio. Para su sorpresa, el anillo tenía muchos colores esta vez. Azul, naranja, dorado, rojo, morado, el anillo se asemeja a un anillo de humor barato de una tienda de conveniencia. "Qué demonios?" Keigo dijo, con los ojos bien abiertos. "Qué significa esto?"