Bleach: Revisited -COMPLETO-

Capítulo 89: Ch 89 (RE)gress, el Final

10:49 a.m., JST

Las calles se estaban callando lentamente. Inquietó a Keigo, el amargo aire de otoño que enviaba escalofríos por su columna vertebral. No había visto ni la piel ni el pelo de un hueco durante los últimos diez a quince minutos, sus esfuerzos para dirigir a los residentes de Karakura a un éxito relativo. Puffs de humo blanco pasaron ante su rostro mientras exhalaba, sus ojos inspeccionando el vacío. Reconoció la calle, una parte de su ruta a la escuela. Comenzó a hundirse por fin, el peso de lo que estaba sucediendo. Falso Karakura se había ido, su ciudad ahora lleva la peor parte de la guerra. Tragando, su lengua seca presionada contra el techo de su boca. ¿Cuánto tiempo había estado pasando esto? ¿Cuándo comenzó esta batalla?

Sacando su teléfono celular, Keigo trató de ver qué hora era, pero la pantalla permaneció negra. "Muerto?" Suspiró, colocándolo de nuevo en su bolsillo. No tenía idea de cuánto tiempo había estado en Hueco Mundo, pero debe haber sido mucho más largo de lo que sospechaba. Me pregunto si Mizuho...

Un par de brazos se envolvieron alrededor de los hombros de Keigo, tirándolo hacia atrás. No gritó, ya que todo sucedió demasiado rápido. Su corazón golpeó la parte posterior de su garganta, un shock de miedo que lo superó. ¿Quién demonios se quedó para pelear? ¿Qué debería hacer ahora? Respirando profundamente, se preparó para luchar contra quien intentaba hacerle daño.

"KEIGO ASANO, TONTO!"

Una mezcla de terror y alivio se lavó sobre Keigo mientras miraba detrás de él, viendo los ojos llorosos de Mizuho, agarrándolo con fuerza. Su abrazo fue restrictivo, pero por un momento Keigo se sintió seguro. Lengua tropezando con las palabras, Keigo se volvió para enfrentarla, viendo el dolor en su cara. "H-Hey hermana, ¿qué son-?"

"No!" Ella se alejó, señalándolo acusatoriamente. ¡"No puedes hacer preguntas, Keigo! ¡Estás en una mierda profunda ahora! Cómo te atreves a no decirme que te vas durante semanas y esperas que lo sea está bien?!" Las lágrimas comenzaron a florecer en sus ojos, brillando a medida que la luz del sol se elevaba más arriba. La mañana se estaba desvaneciendo rápidamente, dando paso a la tarde. "Cómo...¿Cómo pudiste hacer eso yo?!"

"M-Mizuho.." El corazón de Keigo comenzó a pesar mucho en su pecho, dándose cuenta de lo que había hecho. En ese momento realmente no se le había pasado por la cabeza que se hubiera ido por tanto tiempo. El tiempo en Hueco Mundo fue rápido, y no tenía excusa. Había sido extremadamente egoísta de su parte dejarla en la oscuridad. "Mizuho, lo siento mucho." Sus manos comenzaron a inquietarse. "No quise hacerte preocupar así. No lo hice.."

Ahogándose un sollozo, Mizuho frunció el ceño, agarrándose los hombros de nuevo. "Te das cuenta de que eres lo único que me queda, idiota?" Su respiración se trabajó mientras luchaba contra sus lágrimas. "Papá se fue, mamá ya casi no está, y si te perdí.." Cerró los ojos, tomándose un momento.

El pecho de Keigo se sentía como un vacío. No podía respirar. La visión se volvió borrosa, su propia sangre corriendo en sus oídos ahogando todo. ¡Tan jodidamente egoísta! Apretó los dientes, haciendo todo lo posible para mantenerse compuesto. Pero ni siquiera había pensado en ella, en cómo sería si nunca volviera. ¿Y si hubiera muerto en Hueco Mundo? Había estado tan cerca de él varias veces... Con un nudo en la garganta, todo lo que Keigo podía hacer era acercarse a ella, manteniéndola cerca. Se apretó hacia atrás, pero esta vez fue suave, su cabeza descansando su hombro.

"Estoy tan feliz", dijo, su voz se abrió paso. "Estoy tan feliz de que estés a salvo, Keigo."

Incapaz de hablar, Keigo simplemente asintió con la cabeza. Podía sentir las lágrimas corriendo por su rostro, el viento frío enfriando las áreas húmedas. Se sintieron como horas mientras se abrazaban antes de que ella se alejara, con los ojos hinchados y rojos. Se limpió la cara con la parte posterior de la manga, sonriendo. "Oye, tenemos que unirnos, ¿verdad?" Limpiándose la garganta, miró a su alrededor. "Todavía hay mucho que hacer, si no me equivoco."