Bleach: Revisited -COMPLETO-

Capítulo 29: Ch 29 Ojos muertos sobre los vivos

A/N: ALERTA GORE¡! ¡Hay algunas cosas que pertenecen a la mutilación ocular cerca del final del capítulo! Para que lo sepas.

Mientras se dirigían a la oficina privada de Aizen, Amelia sintió como si Gin la estuviera arrastrando a través del jarabe de maíz. No esperaba sentirse tan asustada como estaba, un nudo apretado en el estómago. Ella quería derretirse en el suelo y escapar. El agarre de Gin no estaba apretado sobre sus hombros, pero era lo suficientemente pesado como para disuadirla de un escape sorpresa. "Sí tenso!" Gin dijo, sonriéndole. ¡"Estará bien! Aizen no muerde... per se." Se rió, dándole palmaditas en el hombro. Amelia miró lejos de él, centrándose en la oscuridad ante ellos. No podía estar muy segura, pero sentía que el lugar seguía oscureciéndose a medida que avanzaban.

"A qué distancia está su oficina, exactamente?" Preguntó Amelia, mirando a su alrededor. Su voz era pequeña, escondida en sus pulmones, asustada.

Gin miró a su izquierda casualmente, señalando una puerta oscura. "Ah mira, está justo ahí", dijo. "A veces, nunca sabes dónde o cuándo va a aparecer."

Amelia lo miró, confundida. "Qué mierda?" ella dijo. "Se mueve alrededor o algo así?"

Riendo, Gin la acercó. "Es una buena medida de seguridad, si me preguntas", respondió. "No quieres gente al azar vagando en tu oficina cuando planeas dominar el mundo, ¿sabes?"

En circunstancias normales, Amelia se habría reído de una declaración tan ridícula, pero la idea de estar en presencia de Aizen le cerró la garganta. La puerta se abrió, revelando una habitación oscura iluminada por la luz de una gran ventana. Era una oficina más grande de lo que Amelia había anticipado, pero muy vacía. Parecía una cámara de aislamiento, con el paisaje de fondo del desierto de Hueco Mundo interrumpiendo la oscuridad.

Delante de la ventana estaba S UNGsuke Aizen, de espaldas a ellos. "Bienvenida, Amelia", dijo Aizen, su voz llegando a todos los rincones de la habitación. "Por favor, entra."

Incluso si Amelia hubiera querido correr, no podría. Gin básicamente la arrastró adentro, ya que se había congelado en su lugar. Todos los pensamientos que tendría de enfrentarse a él se habían drenado de ella y todo lo que podía recordar era el dolor que había experimentado la última vez que lo había visto. Su repentina visión de túnel se centró en su figura y ella sabía que tratar de luchar sería infructuoso. Oyó a Gin cerrar la puerta y salir, presumiblemente para pararse cerca de Tosen.

El silencio prevaleció durante un período de tiempo desconocido y Amelia permaneció absolutamente quieta. Esta vez, no fue porque Aizen la estuviera manteniendo en su lugar. Se sintió como un millón de años antes de que Aizen se volviera hacia ella, su rostro escondido en la oscuridad. "Qué pasa?" preguntó. Su mandíbula apenas se movía mientras hablaba, el contorno de su rostro se movía con ligereza. "Parece que has visto un fantasma." Amelia podía decir que tenía una sonrisa pequeña y presumida en su rostro, saboreando su miedo. Sintió que su ira aumentaba, pero se quedó quieta y en silencio.

"Estás sorprendentemente callado", dijo Aizen, caminando hacia ella. "Eso es bastante inusual para una chica ruidosa y descarada como tú. No me digas que eres miedo de mí?"

Su voz condescendiente sacó a Amelia de su parálisis inducida por el miedo, la ira ganando. Sus ojos se estrecharon, cruzando los brazos. "Qué quieres?" ella se rompió, mirándolo fijamente.

Aizen se paró a unos dos pies de distancia de ella. Su estatura más alta se cernía sobre ella, tratando de intimidarla. "Oh, ¿mirarías eso", dijo. "Parece que has encontrado tu voz."

La risa de Gin se podía escuchar en el fondo seguido de un gemido de dolor. Amelia sabía que Tosen probablemente se había codeado en las costillas, por lo que estaba un poco agradecida. Ella nunca tomó sus ojos de Aizen, esperando que él llegara a su punto. "Parece que has estado causando algunos problemas en Las Noches", dijo Aizen por fin. "Hemos tenido algunas quejas..."