Bleach: Revisited -COMPLETO-

Capítulo 87: Ch 87 (RE)gress, Parte 1

10:07 a.m., JST

"Bankai, Kageyoshi Senbonzakura."

Un zanpakuto descendió con gracia al asfalto. En lugar de chasquear al suelo, su cuchilla atravesó gradualmente la superficie oscura, ondulando hasta que desapareció por completo. Las ondas blancas y brillantes de luz se extendieron sobre la superficie, el mundo a su alrededor se oscureció.

Los ojos plateados reflejaban el creciente desfile de mil cuchillas, una sonrisa burlona que descansaba sobre una cara pálida. "Su Bankai, Capitán Kuchiki?" Aizen llamó, su propia espada descansando a su lado. ¿"Y tan rápido? Parece un poco precipitado para un capitán tan reservado y orgulloso. Debes sentirte desesperado."

Abriendo los ojos, Byakuya Kuchiki miró a su oponente con desdén. "No es de desesperación actúo tan violentamente, Aizen", respondió, "sino de comprensión. Hemos pasado el punto de las bromas y las batallas. Esta es una situación en la que debo evitar que vayas más allá." Las cuchillas brillantes se dividieron en miles de piezas, dispersándose en el aire como flores de cerezo rosadas. Se arremolinaron alrededor de Aizen, casi ocultándolo de la vista.

Byakuya podía oír los pequeños fragmentos de metal de su chatarra zanpakuto uno contra el otro, cortando lo que él suponía que era el cuerpo de Aizen. Una pequeña parte de él deseaba creer que había acabado con Aizen, pero era demasiado crítico para creer que había dado el golpe final. La nube de pétalos se acercó al objetivo, luego se alejó volando, revelando el lugar donde Aizen se había parado.

Y Byakuya podía sentir su sangre fría en sus venas.

Aizen ya no estaba en el centro del impacto, pero reemplazarlo era Rukia. Su cara pálida, se puso de pie, cambiando de lado a lado. La sangre se derramó de mil pequeñas laceraciones, su túnica destrozada a rocíos. Su cabello negro, una vez brillante y liso, ahora estaba sentado con trozos perdidos, las puntas de cabello que permanecían desiguales y agotadas. Sus ojos se encontraron con los suyos, oscuros y sin vida. Levantó la mano hacia afuera, alcanzándolo, los labios agrietados se separaron. "Br... brother... why?" Sus piernas se dieron, su cuerpo cayendo.

El cuerpo de Rukia nunca tocó el suelo, aterrizando suavemente en los brazos de Byakuya. Sus ojos grises de pizarra la miraban fijamente, mirando mientras luchaba por respirar. La sangre manchó su uniforme, filtrándose lentamente a través de la tela. No sabía qué decir, qué hacer. Sus pulmones ardieron mientras luchaba por recuperar la compostura. "Rukia." Su voz era apenas la de un susurro. "Rukia, soy..."

"Una vergüenza." La voz de Aizen estaba cerca, su forma blanca de pie sobre Byakuya. Los ojos plateados se encontraron grises, sin vida, burlándose. "Usted posee un hermoso zanpakuto, Byakuya. Es una pena que tu espada haya sido usada para destruir tu orgullo." Levantando una mano blanca, señaló más allá de Byakuya. A su lado estaba Senbonzakura, la cuchilla una vez prístina se agrietó y se rompió.

Su respiración se volvió irregular, Byakuya miró a Senbonzakura, dándose cuenta de que le faltaba una cantidad considerable de cuchilla, al menos la mitad de ella desaparecida. Un débil resplandor rosa permaneció a lo largo de los bordes rotos, parpadeando débilmente. Senbonzakura, ¿dónde está el resto de ustedes? Miró hacia Aizen, viendo la luz parpadeante en su pecho. El Hogyoku se agitó, un pozo de miedo que se hunde en el estómago de Byakuya.

"Te agradezco tu contribución, Capitán Kuchiki." Al alejarse, Aizen comenzó a caminar lentamente por las calles de la ciudad de Karakura, con su largo cabello castaño balanceándose en la brisa. "Incluso en tus intentos de destruirme, sigues siendo útil. Pero no se preocupe, no es mi política desperdiciar recursos preciosos. Volveremos por el resto de su zanpakuto – y usted – cuando sea el momento adecuado."