Estaba terminando de empacar mis cosas en mi nueva habitación, recién nos mudábamos de país por trabajo de mi madre.
Terminé de ordenar mi habitación, salí de esta cerrando la puerta detrás de mi, bajé las escaleras y miré a mi madre terminando de empacar algunas cosas.
- mamá saldré a conocer el vecindario-me acerqué a una de la cajas sacando una correa de perro.
- T/n son las nueve de la noche, espérate hasta mañana puede ser peligroso...de por si todo lo que haces es peligroso - dijo preocupada viéndome ponerle la correa al perro.
- Mamá tranquila, no pasará nada - terminé de ponerle la correa al perro - Cundo regrese cenaré.
-¿Como? Otra vez no has comido, come y luego te vas-me miro mientras molesta.
- No tengo hambre mamá, cuando regrese comeré-me dirigí a la puerta.
-ve con cuidado-volvió a lo suyo.
Salí de la casa bajando las escaleras de la entrada, empecé a caminar por el vecindario, tenia la correa de mi perro en las manos.
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Hacía mucho frío, normalmente en la tam hacía calor, aquí era diferente hacía frío y mi vestimenta no ayudaba, solo una sudadera y un short el cual dejaba que mis piernas se congelaran.
Empecé a caminar por un parque cerca del vecindario mientras pensaba en mi vida en la tam, sin duda extrañaría el ambiente.
Mis pensamientos fueron interrumpidos por un ladrido de mi perro, el cual se soltó de la correa empezando a correr.
Corrí detrás de él, mientras le gritaba pero este no hacía caso miré como se dirigió hacia un chico de cabello rubio con mechones azules, este estaba acompañado de una chica.
- ¡oye detente!-le grité a mi perro.
Este no hacía caso, solo noté como pasó en miedo de aquella pareja botando al suelo a la chica, no presté atención a la chica solo corría detrás e mi perro, el cual se detuvo en un arenal.
-¡ven aquí!-lo tome de la correa de este.
Al girarme para irme noté que el chico de hace un rato se acercaba a mi quitándose las gafas molesto.
-oye niña, por tu culpa mi amiga se golpeó-dijo molesto- ¿Porque carajos no controlas a tu perro?
- lo lamento...no fue mi intención-me acerqué más a él notando lo guapo que era.
-¿no eres de por aquí?-me miro de pies a cabeza- eres extranjera...-su vista recorrió mi cuerpo.
- No...acabo de llegar...- dije viendo al chico.
- ¡Tu Chica estúpida, acaso no sabes controlar un maldito perro! - gritó molesta arreglando su cabello mientras se acercaba.
- No sabes cómo lo lamento...no fue mi intención, mi perro se soltó...no pensé que llegaría a lastimarte-noté que la chica era muy hermosa.
Cabello corto, piel pálida ojos negros y más baja que yo se veía muy linda con su vestido.
- Controla a tu perro para la próxima - tomó de la mano a la chica volteándose - oh para la próxima te arrepentirás, vámonos asumí.
Miré como esos dos se fueron tomados de la mano, respiré hondo mirando a mi perro.
- Que are contigo luna...-susurré.
Empecé a caminar de nuevo a mi casa, sin duda lo que pasó fue había sido una señal para que regresara a mi casa.
Al llegar a mi casa todo ya estaba en su lugar, mi madre estaba en la sala, ya con una pijama poniéndose al día con el trabajo.
Le quité la correa a mi perro acercándome hacia mi madre, me senté a su lado contándole lo que pasó.
- ¿puedes creer que solo fue un accidente?—dije molesta- ese chico es un exagerado.
-¿ah si? Cuéntame más- estaba prestándole más atención a la laptop.
-mamá préstame atención - dije seria mientras la veía escribir.
- ahora estoy ocupada T/n...- su vista seguía en la laptop.
- ¿cundo será el día que no estarás ocupada?-me levanté del sofá- me iré a dormir.
-recuerda que mañana será tu primer día de clases.
-¡si ajá!-dije sin darle mucha importancia.
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