PROLOGO

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"No sobrevive el que es más fuerte, sino el que es más astuto"


Will I Make it out Alive

Alya

- ¡Encuentren a la chica! El Rey la quiere viva o muerta.

Sentí un escalofrió recorrer mi cuerpo, pero aun así no dejé de correr. Las lágrimas se acumularon en mis ojos; todo esto es mi culpa. No debí confiar en él. Me lo advirtieron, y como una tonta ilusionada decide no creerles, decidí entregarle mi corazon a ciegas.

Lamentarme ahora cuando mi vida está en riesgo no servirá de nada. Tengo que encontrar una manera de escapar de los guardias.

-La traidora no llegara muy lejos, sigan buscando. – Gritó con enfado uno de los guardias.

Ellos tenían razón, aun así le rogué al cielo que no lograran encontrarme.

Al alzar mi mirada este estaba tan oscurecido que me impedía ver por donde caminaba, no sé cómo fue que llegamos a esto; no logro entender porque el cielo nos castigó de esta forma, yo solo deseaba ser feliz, poder vivir mi vida lejos y gracias a mi egoísmo es que todo esto paso.

Cansada y lastimada de correr no me di cuenta que mis pies se tropezaron e hicieron que me cayera sobre mis rodillas, mientras dejaba escapar las lágrimas saladas por mis mejillas susurre.

-Camille lo intente. Intenté huir juro que lo hice, pero mi cuerpo no da más, simplemente ya no puedo por favor perdóname.- Más lagrimas no dejaban de caer mediante seguía hablando – Ojalá todo fuera diferente, ojalá tener otra oportunidad y así poder cambiarlo todo...

En ese momento el sonido de zapatos corriendo junto con las voces de los guardias se hicieron más fuertes, yo estaba débil y caí en cuenta de que no me serviría de nada seguir corriendo.

Sonreí ya que al menos las cosas acabarían donde empezaron, y si voy a morir lo haré luchando. Tomé la daga que se encontraba guardada en mi muslo y me escondí detrás de un árbol.

Si no estoy mal deberían ser alrededor de cinco guardias, el Rey no es tan tonto para mandar a todo su batallón de escorias en busca de una pueblerina. Eso solo alteraría a su pueblo y nadie quiere más caos del que ya hay.

A mi mente viene un recuerdo de lo que me enseño la reina Camille antes de morir, lo bueno de esto es que si yo muero al menos me arrastrare a estos imbéciles conmigo.

Los pasos se hacen cada vez más fuertes, por lo que deben estar más cerca, bien, ya es momento de ponerse en marcha. A mi derecha veo a un grupo de tres, sigilosamente me acerco por detrás de ellos, al estar tan oscuro no pueden verme lo que es un punto a mi favor.

Rápidamente agarro al que tengo más cerca y antes de que grite le corto la garganta, sonrió a mis adentros, fue una muerte rápida y silenciosa.

Bueno no tan silenciosa porque al caer el cuerpo, los otros dos se giran hacia a mí, sonrió al ver su cara de confusión que rápidamente se convierte en enfado, el más alto se acerca rápidamente lo que me hace retroceder.

-Maldita perra ese era mi hermano. - Gruñe con enfado y un poco de dolor. Así que no soy la única que perdió a alguien hoy, eso me pone feliz – Esta es mía, mantente aparte Sergei.

-Oh mi más sentido pésame cariño – Le muestro mi mejor sonrisa- Para que veas que no soy tan mala te daré la oportunidad de reunirte con él.

Digo con una tristeza fingida mientras no dejo de sonreír. Rápidamente ambos nos movemos y aunque él es más alto, yo soy más ágil, lo que me ayuda a conseguir darle un par de golpes en las costillas, pero eso no es suficiente ya que se levanta y me agarra del pelo.

-Sinceramente en otra situación esto me parecería un tanto excitante - Me burlo a lo que él gruñe y me lanza al suelo de puñetazo.

Decido que es momento de dejar de jugar así que me lanzo hacia a él y logro hacerle un corte desde el hombro hasta el codo, el tipo se queja y cae al suelo lo que me permite hacerle un corte en la yugular.

-En menos de un minuto podrás....- antes de que termine de hablar, él otro hombre me agarra por detrás del pelo- Soy yo o las zorras de su majestad tienen un fetiche con agarrar del pelo.

Me río en lo que el hombre me lanza hacia un árbol, duele, pero no es momento para llorar así que me levanto.

Es alto, pero no tanto como el imbécil anterior, ambos nos movemos rápido, yo consigo darle un puñetazo en la cara y otro en la costilla, pero eso no es suficiente.

El sujeto logra agarrarme y ponerme de espaldas a su pecho mientras presiona mi daga en mi garganta.

-Sabes eres muy linda, lástima que seas una rata traidora. – me dice al oído lo que me produce un escalofrío. – Y como toda rata traidora mereces morir.

Antes de que logre cortarme la garganta muerdo su mano y le doy un cabezazo lo que hace que me suelte, retrocediendo con mi daga en mano me acerco rápidamente y le hago un corte profundo desde el pecho hasta la pelvis, veo la sangre brotar lo que consigue sacarme otra sonrisa.

-Sabes eres muy lindo, lástima que seas un perro de su majestad.

Utilizo casi sus mismas palabras mientras veo como cae de rodillas y la vida se escapa de sus ojos.

Sin darme cuenta alguien me agarra por detrás <<se está haciendo costumbre>> y me presiona el cuello con su brazo, mierda como pude ser tan descuidada.

El hombre agarra la daga que sin darme cuenta deje caer y me hace un corte profundo en las costillas, siento la sangre salir, pero no me muevo.

No sé en qué momento se alejó y me dejo caer en el suelo, pero ahora está cerca y me da varias patadas en el estómago, duele tanto, pero lo único que hago es ponerme en posición fetal.

Siento otro corte en mi brazo, pero no grito, no le doy la satisfacción de saber que esto me duele hasta las entrañas, pienso en lo linda que fue mi vida, en mi madre que siempre me cuido y protegió; pienso en mis amigos y en todo lo que he perdido por haberme enamorado de la persona equivocada, nunca en mi vida había deseado morirme, no hasta esta noche, rogué para mis adentros que esta tortura acabara pronto.

De repente el peso desapareció y el aire ingreso de a poco a mis pulmones

-Infórmenle al Lord que la encontramos – Dijo una voz rasposa a mis espaldas mientras la oscuridad trataba de consumirme y rogaba por otra oportunidad para cambiar las cosas.

Porque si el cielo era capaz de ofrecerme una segunda oportunidad definitivamente me aferraría a ella sin importar nada ni nadie, lo último que escuche fue el sonido de los caballos, lo último que pude oler fue su perfume, el perfume de mi verdugo, lo último que sentí antes de desvanecerme fueron sus manos cálidas y fuertes agarrándome contra su pecho...

-Nadie nunca más te va a tocar, me asegurare de eso ma reine – su voz fue lo último que puede escuchar antes de darle paso a la oscuridad.

*****
Querido lector,
Las personas son como un cuchillo filoso, nunca sabes cuando te puede traicionar y ocasionarte un corte tan profundo. Así que te doy un consejo, tú más grande secreto nunca lo cuentes porque no sabes quién puede usarlo en tu contra, mantén eso tan personal solo para ti. Solo quien fue traicionado por quien más confío podrá entender el valor de estas palabras

Nos leemos en la siguiente nota

Atentamente
A.G.S

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