CAPITULO 17

386 41 0
                                    



"Cada vez que cierro mis ojos,

Siento como un paraíso oscuro"

Dark paradise by Lana del Rey





Elizabeth



La noche aparece en mi ventana y me mantengo concentrada en aquellas pequeñas luces de estrellas que cubren el cielo. Respiro el aire fresco de la noche, pensando en que ahora una de esas estrellas es mi padre. Cuando era más joven solía pensar que las estrellas eran linternas que la gente lanzaba al cielo para pedir deseos, poco después mi abuela me conto su historia.

"-Sabías que las estrellas son seres mágicos. – La voz de mi abuela me hace saltar en mi asiento. Hoy era mi cumpleaños número diez y como en todos mis cumpleaños, me senté en mi blanco a observar el cielo iluminado. Solía ser mi refugio, cuando me sentía mal.

- ¿Qué son las estrellas, abuela? – Mi burlona voz de niña me hizo preguntarle, solo para molestarla. En realidad, sé que son, pero me gustaba más escuchar sus teorías de las cosas, suelen ser más divertidas y más alejadas de la realidad.

- Son esas luces que iluminan el cielo, cariño. – Su mirada burlona me hizo dar cuenta que había cachado mi intento de ignorante. Le sonríe inocente. – Formula bien tú pregunta, querida.

- Me atrapaste. – La risilla en mi voz lleno el lugar. - ¿Por qué dices que las estrellas son seres mágicos? – Esta vez sí hice la pregunta correcta, vi cómo se acercaba para sentarse a mi lado.

- Porque los humanos podemos convertirnos en estrellas tras un viaje espiritual o místico.

- ¿A qué te refieres, abuela?

- Las estrellas simbolizan más que luz en el cielo; representan el destino final de las almas. Son aquel lugar al que vamos después de nuestra muerte.

- Según lo que dices, después de la muerte nos convertimos en estrellas, ¿eso quiere decir que nunca más volveremos a habitar un cuerpo? – Mi confusión le saca una sonrisa. Ella mira al cielo y yo hago lo mismo.

- Veras. Las estrellas están compuestas por almas, entonces no sería imposible que volvieran a habitar un cuerpo.

- ¿Entonces mi madre podría reencarnar y volver con nosotros? – Mi pregunta esperanzada borra toda sonrisa en la cara de mi abuela.

- Las cosas no funcionan así, cariño – Se gira para luego agarrar mi cuerpo en un abrazo. – Ella podría reencarnar, sin embargo, no recordaría nada de su vida pasada.

- ¿Por qué? – Las lágrimas comienzan a caer en mis mejillas.

- Porque si llegara recordar, alteraría su propio destino. – Es lo único que dice, mientras me tiene aún abrazada contra su pecho. No fue tiempo después que entendí a qué se refería"

El recuerdo de aquella noche pasa como un relámpago en mis pensamientos. Una lagrima resbala por mi mejilla, seguida de otra y otra. No sé en qué momento empecé a llorar, sin embargo, las seco lo más rápido que puedo. Un carraspeo incómodo detrás mío me hace girarme. La mirada de mi guardia está en el cuerpo tendido en el piso y varias dudas comienzan a marcarse en su rostro.

-Su majestad, ¿Está segura de que quiere que me lo lleve? – Esta vez fija su mirar en mí. De repente una idea aparece en mi mente. Le niego. Si quiero conseguir que el consejero real muera, debo mantener la evidencia conmigo. Un cuerpo muerto no sirve, pero ayudará.

ENTRELAZADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora