CAPITULO 23

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"Estoy cansado de todas las mentiras,

Así que voy a revelas todos mis secretos,

Esta vez no necesito oír otra mentira perfecta"

Secrets by One Republic



Elizabeth

Mi cuerpo se alza en el aire, balanceándose de un lado al otro y no logro comprender qué fue lo que pasó, hasta que mi mirada se posa en mis hombros. La dragona de antes me agarra con sus enormes patas, mientas vuela sobre las nubes. Trato de aclarar mis pensamientos, aunque un fuerte viento me interrumpe.

El frío se cuela por mi ropa y el vestido se me hace demasiado incómodo. Mentalmente me reprendo por no haberme puesto algo más cómodo. Irritada por el frío vuelvo a mirar hacia la dragona que se encuentra muy concentrada en su camino.

-¡Oye tú, dragona secuestradora!

Mi grito la hace posar sus ojos ambarinos en mi.
Mi estómago se revuelve debido a su penetrante mirada; ella me mira como si quisiera dejarme caer hacia el vacío, sacudo mi cabeza para borrar tal idea.

-¿Sabes lo incómodo que es que te lleven como un costal de papas? -Me quejo con un resoplido mientras mi ceño se frunce. Ella suelta un gruñido para posterior a eso lanzarme por los aires.

¡Por el cielo bendito! Debo empezar a callarme o prepararme para una muerte precipitada.

Mis ojos se cierran por instinto, debido al miedo. El viento alza mi vestido y luego siento como mi cuerpo impacta contra algo duro. Abro mis ojos con algo de incertidumbre, para comprobar que efectivamente sigo con vida.

Menos mal, aún tengo un rey del cual encargarme.

Las alas doradas llaman mi atención así que miro el lugar contra el que impacte. Mi boca se abre con asombro ya que me encuentro encima de la dragona. El viento es aún más fuerte lo que me hace sujetarme de sus escamas para no caerme. Miro el lugar donde se posan mis manos preguntándome si lo estoy haciendo bien.

La verdad es que nunca he montado un dragón, así que temo por mi vida si es que la llego a lastimar y que a la final me termine soltando.

¡Cálmate Elizabeth! Debe ser parecido a montar a caballo ¿no?

-Es un poco indignante que me comprares con esos seres - su queja me hace mirarla.

-Agradecería que no te entrometieras en mis pensamientos. Creo que es suficiente con haberme secuestrado -un poco de mi pelo cae sobre mi cara, así que trato de apártalo

-Permítame estar en desacuerdo, majestad. A mi parecer yo no creo haberla secuestrado.

Que impertinente.

Mis ojos se voltean debido a su sorprendente declaración.

-¿Ah no? ¿Entonces cómo le llamarías a esto?

Con mi dedo hago un círculo señalando el lugar en el que me encuentro. Escucho como un resoplido sale de ella.

-Solo la tomé prestada por unas horas. Le aseguro que volverá a la calidez de su palacio antes de que se ponga el sol.

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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