CAPITULO 12

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"Amante, cazador, amigo y enemigo,

Siempre serás cada uno de estos"

Love and War by Fleurie





Elizabeth

El olor putrefacto del aire me produce nauseas. A mi alrededor todo es oscuridad, así que cuando me levanto para seguir caminando lo único que consigo es tropezarme con mis pies y caer de trasero al suelo. Trato de levantarme, sin embargo, de un momento a otro el lugar cambia y ya no me encuentro en un cuarto oscuro sino en un bosque. Observo las plantas que se mueven con la briza en dirección a dos tumbas. Me acerco para poder leer los nombres.

Lord y Lady Battenberg.
Que su amor perdure en todas las vidas.
Lord Battenberg nacido el 4 de Octubre de 1678
Lady Battenberg nacida 9 de Septiembre de 1680
Ambos fallecidos el 16 de Julio de 1700.

Andrómeda. Estoy en el bosque Andrómeda. ¿Qué hago aquí? No entiendo, hace unos minutos estaba en el castillo de Dubois, ¿Cómo es que termine en mi reino de nuevo?, el sonido de pisadas detiene mi cuestionar. Trato de ver más allá de los árboles, aunque no encuentro nada más que el bosque siendo iluminado por algo blanco.

- Hada Cale que gusto volverte a ver. – La voz fuerte se filtra en mis oídos y me hace avanzar. Camino entre los arboles tratando de encontrar al destinario de aquella voz. – ¿En qué puedo ayudarla?

- Vengo a proponerle un trato, su alteza. – La segunda voz se hace presente al mismo momento en el que me escondo detrás de un árbol.

Las observo a ambas, una de ella está levitando en el aire, su cabello tan dorado como el sol brilla tanto debido a la luz casi enceguecedora que la cubre. La otra un poco más parecida a mi estatura se encuentra en el suelo, sus alas plateadas del mismo tono que su cabello corto, resaltan contra su piel morena. No logro verle la cara ya que esta de espaldas a mí.

- No puedes darme nada a cambio de ellos. Su vida no tiene precio y lo sabes. – La chica de cabellera dorada le dice con firmeza. Tal parece ella ya sabía a lo que venía el Hada.

- Su vida tiene el mismo precio que la de cualquier otra deidad, su alteza. – El Hada retrocede un paso, lo que causa que yo haga lo mismo debido al miedo de ser atrapada escuchando a escondidas.

Sin percatarme rompo una rama del suelo, y ese solo sonido basta para que ellas miren en mi dirección. Contengo la respiración y me quedo lo más quieta posible. Los segundos pasan lentos hasta que ellas vuelven a mirarse.

- No es un buen momento, Hada Cale. Le agradecería que regresara después- Le señala la salida con cordialidad.

- De acuerdo, su alteza – El Hada se reverencia mientras comienza a caminar en la dirección ya antes señalada. Hasta que se detiene para mirar por sobre su hombro. - Deres skæbne i bytte for mine gaver. Tan solo piénselo, princesa Andrómeda.

Me levanto un tanto agitada sin recordar mucho del sueño. Pienso un poco para acordarme que fue lo que me hizo levantarme de esta forma. Estaba soñando con el bosque Andrómeda. Mi corazón se acelera mientras intento salir de la cama, pero un leve mareo impide que lo haga. Tengo el vago presentimiento que aquello se debe a que no comí nada en la cena.

Como era de esperar ni bien todos se levantaron, fui directo a mi dormitorio seguida de Erick mi supuesto guardia. Era obvio que me perdería, apenas y había estado unas horas en ese lugar, así que en silencio agradecí que me estuviera siguiendo, al menos con él a mi lado no me perdería. Dejo de pensar en aquello concentrándome en ir directo a mi armario para posterior salir en dirección al salón de juntas.

ENTRELAZADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora