CAPITULO 3

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"Tengo estos pensamientos en mi cabeza,

no hay manera de olvidar,

me hizo perder el aliento"

Thinking bout you by Ariana Grande


Elizabeth


El sol se filtra por mi ventana lo que hace que mis ojos se abran. A mi mente viene el recuerdo de aquella noche en el Mariposario, desde aquel día no puedo dejar de pensar en el enmascarado. Fue todo tan extraño y tenso. Ha pasado un mes desde que lo vi, el mismo tiempo desde que se dio el anuncio de mi evento. Suspiro y me siento en la cama mientras espero que Nera y Stella aparezcan. Cuando el sol está en su punto más alto las chicas me honran con su presencia, sin embargo es la sonrisa en su rostro lo que me hace fruncir el ceño. Observo a Nera y la bandeja de comida que trae con ella, aunque es Stella quien con el bulto entre sus manos llama mi atención.

¿Esa es mi espada? ¿Por qué Stella traería mi espada tan de mañana?

Que yo recuerde hoy no tengo práctica. Les doy una mirada de que no entiendo nada lo que causa una risa en ambas.

-Mi lady no me diga que olvido que día es hoy.

-Acabo de despertarme apenas y se quién soy. – Contestó con ironía. Restriego mis ojos, mientras me siento recta en mi cama.

-Alteza hoy es 4 de octubre. El día que se acordó con el rey su evento – Es Nera quien interviene con una sonrisa en los labios.

No. Me. Jodas.

Mi sangre se va a los pies y me levanto de un salto casi tropezando con las cobijas. A paso apresurado me dirijo a la ventana observando como van ingresando los postulantes. No son muchos. Deben ser alrededor de diez.

-Ayúdenme a arreglarme. Debo darles la bienvenida.

Una vez arreglada salgo al salón de bailes que es donde se van a reunir para posteriormente pasar al patio donde se encontrarán todo tipo de armas. A mí solo me verán en el salón de bailes dándoles la dichosa bienvenida, después de eso yo estaré en uno de los palcos escondida entre unas cortinas que me permitirá ver a los luchadores. Llegando a la puerta los guardias me dan paso.

Lentamente y con la cabeza en alto me acerco a mi padre sin prestarle atención a ninguno de los hombres que me mira con incertidumbre. El velo en mi rostro no les permite verme la cara por lo que es normal que estén curiosos. Ya estando frente a mi padre, lo saludo y él solo niega en desaprobación. Lo ignoro, para luego subir los escalones y poder colocarme a su lado.

Escucho como mi padre da unas palabras y recalca las reglas del concurso, las cuales son ninguna, ya que es una lucha a muerte.

-Si su oponente tiene misericordia de vosotros entonces no tendrá importancia, ahora bien, si llega a ser el caso contrario ustedes se arriesgan a perder la vida. La persona que llegue a la final y logre quitarle la bandera al guardia de mi reino será el vencedor. Si no tienen problema con esto entonces den un paso al frente - Con eso último veo como el grupo de diez se vuelve siete. Cobardes.

Mejor para mí, alguien que no es capaz de luchar a muerte solo para tenerme entonces no merece ser llamado mi esposo. Los siete chicos que dieron el paso al frente son dirigidos al exterior y esa es mi señal para marcharme. Lastimosamente la princesa no estará en el palco que el rey le asignó, algo sobre estar resfriada y tener que visitar al médico real.

Sin ser vista entro a mi dormitorio y cambio mi despampanante vestido por un traje de cuero negro que las chicas dejaron sobre la cama. Hago una coleta para amarrar mi cabello pelirrojo y me pongo la capucha encima para que nadie se percaté del color. Solo hay una familia que tiene este despampanante color de pelo en todo el reino y es la mía. Así que si alguien me viera así sea un mechón, estaría perdida. En la cama se encuentra un trapo negro que agarró para así poder taparme el rostro, dejando solo mis ojos a la vista. Observo mi reflejo en el espejo y sonrío en aprobación.

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