CAPÍTULO 15 - Cláusula diez

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NOTA DE AUTOR

Holaa, gente, espero que estén bien. Creo que es la primera vez que dejo una nota en ésta historia, pero quería compensar el tiempo que tardé en actualizar. La culpa no me deja vivir.

La verdad es que entre el gimnasio, la universidad y el trabajo apenas tenía tiempo para respirar, pero volví para quedarme ésta vez, y con drama incluido.

Espero que disfruten el capítulo. Recuerden votar y comentar mucho, siempre los leo.

FIN DE LA NOTA DE AUTOR

Monterrey - México

—¿Entonces va a pasar por ti?— preguntó Ama, tanto ella como su hermana menor la miraban con completa atención.

—Ya les dije que sí unas cien veces— respondió Rivers antes de bloquear su celular para enfocarse en la conversación.

—Ay, es que es muy cueris— dijo Ari soltando un sonidito de ternura.

—Nunca me imaginé que llegarían a esto, wey— admitió Ama mirando a su hermana —. ¿Tú sí?

—Obviamente sí— Ari bufó —. ¿Qué no te diste cuenta cómo se veían?

—Dejen de hablar como si no estuviera aquí, mensas— dijo Rivers antes de dar una calada al vape —. Y la única manera en que nos veíamos era como si nos fuéramos a arrancar las cabezas.

Escucharon el timbre en ese instante, por lo que Ari soltó un gritito diciéndoles a sus amigas "ya llegó" antes de ponerse en pie para ir a abrir. En cuanto Lauren apareció en el umbral, la menor de las Garza la rodeó en un abrazo a modo de saludo, y entraron.

—Hasta que llegas, casi íbamos a darla en adopción— dijo Ama levantándose del sillón para abrazarla también.

—¿Apoco puedo hacer eso?— preguntó Lauren.

—Chinguen a su madre las tres— Rivers se cruzó de brazos, sonriendo suavemente cuando Lauren se acercó para depositarle un beso en la cabeza.

—Hola, bonita— le susurró al estar cerca.

—Hola— respondió la rubia pasándole los brazos por los hombros para unirse en un abrazo sutilmente más largo.

—Ay— Ari se tapó la boca a punto de dejar salir un chillido por la emoción.

Después de despedirse, Lauren condujo hasta el departamento de Samantha para prepararle la pasta de la que tanto le había hablado.

Habían pasado apenas unos cuantos días, pero últimamente su rutina consistía en enviarse mensajes, verse para cenar de vez en cuando o para mirar una película. Estaban pasando mucho tiempo juntas incluso sin planearlo, pero a ninguna parecía molestarle.

—¿Ya tienes todo lo que necesitas?— preguntó Rivers siguiéndola a la cocina con una sola bolsa del supermercado en las manos, mientras que Lauren colocaba las otras tres en la encimera.

—Ya, tuve que comprar hasta sal porque no tienes otra cosa que no sean sopas instantáneas en el despensero— respondió Lauren comenzando a sacar las bolsas de pasta.

—Nunca aprendí a cocinar— admitió la rubia recargándose en la mesa mientras miraba lo que ella hacía —. Puedo ser una eminencia para muchas cosas, pero en la cocina no valgo madre.

Lauren rió, terminando de sacar los ingredientes antes de lavarse las manos.

—Hoy vas a aprender— le dijo subiéndose las mangas de la sudadera hasta los codos, acercándose poco después para colocar ambas manos a los costados de su cuerpo y encerrarla.

Fachada | Rivers GGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora