CAPÍTULO 17 - Un lugar conocido

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Monterrey - México

—¿No estás cansada?— preguntó Lauren en el camino de regreso.

—No, ¿tú sí?— respondió Samantha girándose a mirarla. Durante el camino, Lauren había colocado la mano sobre su pierna, lo cual la hacía sentir extrañamente cómoda, por lo que ella misma había colocado su mano sobre la suya.

—No, pero pensé que ibas a querer dormir en lo que llegábamos— Lauren mantuvo la mirada fija en el camino, trazando círculos invisibles en el muslo de Rivers con su pulgar.

—Estoy bien— le aseguró la rubia.

Durante un instante, se permitió apreciar el perfil de Lauren, recorriendo sus facciones con la mirada. Habían cosas sencillas sobre ella a las que no había prestado atención, pero que al hacerlo se percató de que le gustaban; como su mandíbula perfectamente definida, su nariz recta pero delgada, el grosor de sus cejas, la barbilla partida y esos pequeños hoyuelos que se formaban bajo su labio inferior cada vez que sonreía. Continuó bajando con la mirada, no pudiendo evitar pensar en las veces que había tenido oportunidad de besar la piel lisa de su cuello y que nunca aprovechó. De pronto, una sensación tibia se había instalado entre sus piernas, haciéndola cerrarlas un poco mientras desviaba la mirada.

—¿Estás bien?— Lauren se giró a mirarla por un instante, habiendo notado la acción.

—Sí, bien— asintió Samantha, volviendo la mirada a la ventanilla mientras maldecía mentalmente por desear que su mano escalara ligeramente más arriba en su pierna.

Entraron en el estacionamiento subterráneo de los edificios poco antes de que Lauren apagara el motor de la camioneta y suspirara.

—Gracias por acompañarme— le dijo girándose sobre su asiento para mirarla sin retirar el contacto de su pierna —. Me sirvió haberte tenido ahí.

—No tienes que agradecérmelo— respondió Rivers intentando concentrarse en lo que decían, en lugar de prestar atención a las pequeñas descargas que los dedos de Lauren al moverse sobre su jean enviaban a la parte baja de su vientre. Aún con todos sus esfuerzos, volvió a apretar suavemente las piernas —. Quería venir.

Lauren frunció el ceño, notando la manera en que la palma de Rivers se había vuelto sudorosa sobre la suya y, al dar un ligero apretón, escuchó un débil suspiro salir de sus labios.
La streamer no dijo nada, en cambio se irguió sobre su asiento para inclinarse a ella antes de colocar la mano libre en su cintura. Rivers correspondió el beso al instante, soltando un suave jadeo cuando la mano de Lauren se coló bajo su blusa para entrar en contacto con la piel de su cintura.

De pronto el beso había tomado un ritmo intenso, volviéndose hambriento y rápido a medida que continuaban. Samantha llevó ambas manos al cuello de Lauren, intentando atraerla aún más cuando sus lenguas se encontraron. La tibieza de su intimidad se había convertido en un calor necesitado, suplicante de atención, nublándole el juicio y haciéndola actuar sin pensar. Rivers, sin saber cómo exactamente, se puso de rodillas sobre el asiento sin romper el beso, pasándose por encima del freno de mano para colocarse en el regazo de Lauren.

Ésta última dió una suave mordida a su labio antes de que la rubia se separara, bajando con besos por su mandíbula hasta llegar a su cuello. Lauren colocó ambas manos en sus muslos, acariciando de arriba hacia abajo hasta llegar a sus nalgas para dejar un ligero apretón que le arrancó un suspiro a la otra.

Fachada | Rivers GGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora