s ı ǝ s ʎ ɐ ʇ u ı ǝ ɹ ʇ

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Un repiqueteo constante en el techo despertó a Darly del mejor sueño que había tenido en su vida

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Un repiqueteo constante en el techo despertó a Darly del mejor sueño que había tenido en su vida.

Con un ojo abierto y el otro cerrado, visualizó la habitación y notó que estaba lloviendo amargamente una vez más. Quiso moverse, pero notó los brazos que la rodeaban y el aire contra su nuca, y recordó todo lo que había pasado la noche anterior. Su mente se encontraba despejada y sus emociones se habían moderado, así que los pensamientos que había bloqueado en medio de la fricción de sus cuerpos llegaron de inmediato como flechas sueltas:

«Hoy tienes que enfrentar a Jack».

«¿De verdad vas a hacer esto?».

«Él te quiere, lo sabes...».

«¿Qué hay de todo lo que has visto? ¡Necesitas respuestas!».

Después vino un profundo silencio. Y, sin embargo, le llegó el sonido de una vocecita lejana que parecía ser y no ser ella:

«Qué estúpida. ¿Desde cuándo la perdición de un cuerpo supera las ansias del conocimiento?».

—Maldita subconsciencia...

—Mmm... —Jack emitió un tipo de gruñido a su lado y la apretó más contra él. El vientre le vibró con esas maripositas reconocidas y se mordió los labios, aflojando su cuerpo y pensando en que quizás, solamente, tal vez...

«No. Tengo que hacerlo».

Intentó quitarse las manos de Jack de encima, pero estaban lo bastante aferradas y él tenía más fuerza que ella. Así que se quedó rígida, analizando los pasos para poder soltarse y salir de la habitación. Con dolor en el alma, puso sus manos arriba de los brazos de Jack y empezó a golpetear.

—Jack...

—Mmm...

—Déjame orinar.

—No... quédate...

Ella se rió.

—¿Quieres que orine aquí mismo?

Él bufó y aflojó los brazos. En un movimiento rápido, Darly los apartó de encima y se volteó a mirarlo. Tenía el rostro plácido, con sus ojos cerrados y sus rasgos relajados. Ni siquiera iba a intentar mentir, quería acercarse y besarlo. Volver a sus brazos y continuar sumida junto a él en la tranquilidad de la inconsciencia. Disfrutar de su calor corporal, del toque de su aliento, del abrigo que le proporcionaba.

Pero lo arruinaría todo y ya había llegado demasiado lejos.

Se levantó de la cama, y luego de una corta inspección donde observó el desorden que habían hecho de ese lugar y que tenían que limpiar después, salió y se encaminó hacia el baño. Se sentó en el retrete y cuestionó la poción que Jack le había dado y cuánta efectividad podría tener. Sabía que, en medio de la sazón del momento, Jack había terminado dentro de ella, así que esperó con fuerzas que sus métodos mágicos dieran efecto y hayan, de alguna manera, eliminado o desvivido el semen en su cuerpo.

Persuadida SalvaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora