s o p ʎ ɐ ʇ u ǝ ɹ ɐ n ɔ

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—Mi Darly

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—Mi Darly...

—¿Qué es eso? —preguntó ella con la voz quebrada. Alzó sus ojos hacia los de Jack y en ellos observó una mezcla de desesperación y pánico.

Él se intentó acercar, pero ella retrocedió.

—No lo hagas.

—¿Qué pasa? —Bee llegó al lugar e inspeccionó con la mirada a Jack, para luego pasar a Darly y terminar en la puerta. Cuando entendió lo que ocurría, el rostro se le oscureció y quedó estupefacta—. Oh, no...

—Déjame explicarte... —Jack hizo otro intento por tomarle la mano, pero Darly se arrinconó más a la pared. Los miraba a ambos como si no los reconociera.

Y eso, en efecto, era lo que sentía. Tenía la garganta acuchillada por las inmensas ganas de llorar.

—¿Qué clase de sombrerero tiene un estudio vacío?

—Darly, mira... —intervino Bee, pero se detuvo cuando Darly la señaló.

—Tú también eres una mentirosa.

—No es así, Darly. —La voz de Jack no tenía ese usual toque firme y elegante. Era, ahí frente a ella, un reflejo del dolor—. No se suponía que te enteraras así. Hablemos en la sala.

—Están locos... Ustedes están locos... —No quería estar más y ahí y tenía la sensación de que la estaban reteniendo. Visualizó el lugar con la mirada e intentó pensar en la mejor manera para hacerse espacio entre ellos y salir.

—Darly, escúchame, por favor. —Otro paso más de Jack hacia ella. Bee se mantuvo alerta detrás de él.

Darly pasó los ojos por todo el cuerpo de Jack con descaro. No lucía como alguien preparado para recibir de vuelta a su enamorada; Jack con suerte estaba vestido. Su ropa era un pijama de noche, su cara reflejaba poco o nada de sueño y su pelo estaba desordenado. ¿Quién era ese y dónde estaba el Jack que conocía?

Él notó que ella lo miraba con duda y sus labios temblaron.

—No debiste hacerlo, Bee.

—¿Y si no iba yo, cuándo ibas a hablar, entonces? ¡Espabílate, Jack!

—¿Qué hay dentro de esa burbuja? —Darly los ignoró a ambos y cerró los ojos en un intento de pretender que nada de eso estaba sucediendo.

—Vayamos a la sala y hablemos con paciencia...

—¿¡Qué mierda es?!

—Necesito que te calmes...

El índice de Darly se alzó hacia él junto a su cabeza.

—No te atrevas —siseó— a decirme que me calme.

—Oigan...—Bee soltó una risa cuyo objetivo era alivianar el ambiente, pero solo provocó que Darly empuñara más sus manos—. Calmémonos, ¿ok? Darly, tú querías respuestas, ¿verdad? Para eso te busqué. Para eso estás aquí. Solo sentemo...

La voz de la perra se desvaneció en al aire y en ese preciso momento a Darly le pareció que el mundo alrededor de ella se ralentizaba y se detenía. Dentro del estudio de Jack, la burbuja se iluminó y comenzó a emitir sonidos y pequeños susurros de palabras incomprensibles, justo como aquella vez que había soñado con aquella masa oscura. «La última pesadilla». Jack y Bee quedaron inmóviles en sus lugares, pero ella notó que podía moverse y se desplazó con temor hacia el interior de la habitación. Los susurros aumentaron de intensidad y las palabras, que en un principio no tenían sentido alguno, se coordinaron hasta formar algo coherente a los oídos de Darly:

—Te conozco. Acércate.

La piel se le erizó y sus latidos aumentaron hasta el tope, pero no logró retroceder. La burbuja irradió toda la habitación y los rayos la atraían hacia ella. Las voces comenzaron a desvariar y adoptaron tonos reconocidos; su madre, su padre, amigos que en algún momento tuvo y, por último, escuchó a Jack.

Al estar justo en frente de ella y contemplar la sustancia en su interior acercarse a su rostro, el brazo derecho se le levantó y Darly lo observó: las venas y arterias se mostraron a plena vista y lucían oscuras. Soltó un grito y se observó el resto del cuerpo. Toda su piel mostraba una carretera de líneas negras.

—Ayuda... —intentó murmurar, pero la voz quedó atrapada en su garganta.

—Lo estás haciendo bien —le dijo la burbuja con la voz de Jack.

Su mano se alzó más y sacó el índice. Puso un pie enfrente del otro e intentó tirar hacia atrás, aunque fue imposible. De inmediato cada articulación se le tensó y su cuerpo se petrificó en una sola posición. La luz de la burbuja iluminó la piel de su dedo a medida que se acercaba más, y cuando por fin la tocó, sintió un corrientazo, el espacio volvió a la normalidad y su cuerpo se agilizó.

Pero entonces todo cayó.

—¡Darly!

La sustancia se esparció en el suelo y lo tornó todo del mismo color.

—Padre de todos los Santos...

—¡Sal de ahí! —La tomaron por los hombros con fuerza y su cuerpo se estrelló contra la pared fuera de la habitación. Vio cómo Bee ingresaba a toda velocidad y Jack contemplaba la escena, y nada se sintió menos real. En medio de los gritos que provenían de los dos y el rugir de su sangre, se las arregló para arrastrarse hacia la sala y llegar hasta la puerta.

Entonces cuando ambos salieron disparados de la habitación y la buscaron con el rostro, fue muy tarde, porque Darly ya se encontraba corriendo.


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No saben lo MUCHO que estuve deseando llegar a esta parte de la historia. Se sentía súper lejos este capítulo, pero al fin estamos reunidas en este espeluznante desenlace, así que espero estén tan conmocionadas como yo.

He leído comentarios con más de sus teorías y me pone muy feliz ver lo mucho que están metidas en la historia. Persuadida Salvación es un rompecabezas cuyas piezas dejé repartidas y en los dos capítulos que restan conoceremos la imagen completa. O algo así...

Dependiendo de los votos y comentarios en este y el anterior capítulo, decidiré si subir los caps que quedan a lo largo de esta semana que viene!!! Todo depende de ustedes. ;)

Nos vemos prontitito. Las quieroooo.
(No me odien). 💖💖💖💖

 💖💖💖💖

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Persuadida SalvaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora