Las probabilidades de que Félix hubiera caído en la locura eran de un cien por ciento, su nublada mente no le permitió llegar a la conclusión de que podía haber ido tras Hyunjin y evitarse la caída innecesaria al agua.
Pero el daño estaba hecho, y apenas hizo contacto con esa fría sustancia, sintió su cabeza congelarse también.
El único consuelo para él fue que al menos pudo ver cómo Hyunjin no dudó siquiera un poco y se lanzó al lago para sacarlo, probando la teoría de que era obvio que si le importaba, de que por más demonio que fuera, en tan solo unas horas no podía olvidarse de una persona.
Félix no era un experto nadador, así que Hyunjin tuvo que luchar un poco para sacarlo, aquella vez que Minho había querido matarlo, lo había sacado prácticamente inconsistente, así que había sido fácil moverlo, pero no en ese momento.
Con un poco de esfuerzo, el demonio logró que ambos regresarán a tierra firme.
La única consecuencia a corto plazo para Félix fue que trago un poco de agua y quizá un pez.
—Estas... Loco —Susurró Hyunjin mientras caía acostado a un lado de Félix.
—Vez que te importo —Dijo él antes de que un ataque de tos lo atrapara.
Eso hizo que Hyunjin terminara encima suyo, quizá sus intenciones eran ayudarle, pero las maneras no fueron las correctas, porque lo cubrió totalmente con su pesado cuerpo.
—¿Crees poder quitarte? —Dijo Félix tratando de mover el cuerpo de Hyunjin.
Pero era claramente más fuerte que él.
Hyunjin lo miró desde arriba y algunas gotas de agua cayeron a su rostro, igual que aquella noche donde estuvo a punto de morir.
Félix supo que era en vano tratar de mover a esa roca cuando le inmovilizó los brazos, así que solo se limitó a observarlo.
Los ojos de aquel infame demonio eran de un color oscuro, un pequeño destello de rojo se asomaba, pero era tan sutil que debían estar a esa cercanía para notarlo.
Su piel eran tan pálida y lisa como la porcelana, Félix se preguntó qué se sentiría tocarla, concentrarse solo en ella, y por un impulso quiso levantar su mano, pero el agarre de Hyunjin fue más fuerte.
Los rasgos de su cara eran finos y delicados. Solo tenía un pequeño lunar debajo del ojo derecho visto desde ese ángulo.
Su cabello era totalmente negro, y así mojado como estaba, le daba un aire realmente fascinante.
Todo en él era perfecto.
—¿Terminaste de admirarme? —Preguntó el demonio con cierto tono de ironía.
Aunque él tampoco se salvaba, porque había quedado embobado observando a Félix.
Se había perdido en esas preciosas pecas que tenía.
En sus profundos ojos marrones.
En el color rosáceo de sus labios.
Labios que deseaba probar una vez más.
Porque él prefería terminar en ese abismo del infierno si significaba poder besar a Félix una última vez, solo una.
Por eso buscó en su mirada la aprobación para lo que quería hacer.
No tardó mucho en encontrarla.
Y aunque unos minutos atrás había dicho que no le importaba en lo absoluto aquel estúpido humano, mando al carajo eso.
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My Demon - 𝐻𝑦𝑢𝑛𝑙𝑖𝑥
FanfictionCuando Félix, un chico apasionado por la cocina, encuentra una antigua receta en un feo y viejo libro, jamás pudo imaginar que terminaría invocando al propio príncipe de las tinieblas en su cocina. Tampoco imaginó que podría invitarlo a cenar, inic...