🐺Capítulo 43: Una despedida🐺

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La primera vez en la que un demonio se arrodilló frente a un humano, fue aquella noche, cuando Hyunjin cayó por debajo de Félix, debajo del orgullo que lo caracterizaba. Abandonó todo su poder por aquel chico indeciso, un poco torpe, terrible para mentir y sin duda, una increíble persona que no merecía todo ese caos.

-Perdoname por todo el daño que te he causado -Susurro Hyunjin desde el suelo y con la cabeza agachada.

Félix sintió su corazón rompersele a pedazos, no por él mismo, sino por aquel ser que tenía enfrente, porque sabía que lo quería y le estaba haciendo daño al decirle que prefería olvidarlo todo, porque él nunca había dañado a ninguna persona hasta ese punto.

Hyunjin podría tener todos los malos adjetivos que se le ocurrieran a Félix, pero sentía en el fondo que no era malo, que debía estar con él. Era un conexión fuerte, más allá de lo físico y la atracción. Aunque sólo llevarán unos pocos días de conocerse, aunque su relación fuera de todo menos normal, existía aquel destino que parecía querer unirlos.

-Haré lo que me pides, pero por favor perdóname -Repitió Hyunjin.

Félix no supo como reaccionar, solo cayó de rodillas al lado de aquel demonio.

Lo obligó a mirarlo a los ojos, ojos que finalmente desbordaban de lágrimas.

Acunó su rostro entre sus manos y acercó sus labios a los de él.

Hyunjin no se opuso, permitió el toque, dejó que Félix llevara ese ritmo suave, de roces lentos y tiernos, como ser tocado por una suave nube.

-Perdoname a mí -Dijo Félix cuando se despegó de Hyunjin -, no sé qué más hacer, yo te quiero...

Su mente se dejaría entre muchas cosas, él sabia que siempre existirían obstáculos entre los dos, que juntos era imposible que fueran felices, sino estaban las reglas de los demonios y sus hermanos, estaría la muerte.

Félix tendría que envejecer, sería mayor que Hyunjin algún día, tendría que volverse un anciano y morirse.

-Pero no podemos estar juntos -Completó Félix con hilo de voz.

Finalmente Hyunjin lo miró por su propia cuenta, comprendiendo lo que había visto en su mente, entendiendo perfectamente los miedos de Félix, él también sabia que ese sería un problema, que era imposible dejar pasar lo obvio, pero para todo existía una solución.

-Puedo esperarte, puedo quedarme aunque te vayas y volver a tí cuando regreses a este mundo -Aseguró el demonio.

Félix negó.

-¿Y que pasa si no regreso?.

-Lo harás. Yo lo sé.

-Pero... ¿Y si no?.

Hyunjin podría ser quien más entendiera las fuerzas de la naturaleza, al ser un demonio tenía sus ventajas, pero no podía revivir personas o hacer reencarnar a alguien nuevamente con los mismos recuerdos o el mismo rostro.

-Nunca había pasado por algo así -Confesó Hyunjin -, tampoco sé que hacer.

No había un camino seguro, no había huellas que seguir, ambos estaban atrapados en un laberinto oscuro que parecía no tener una salida.

-No podemos seguir juntos -Dijo Félix con su corazón encogido.

-Porfavor...

Félix abrazó a Hyunjin, no tenían nada que hacer. Su destino, contrario a lo que ambos sentían, no era estar juntos al parecer.

-Es mejor. No sabemos si esta sea solo una relación pasajera -Continuó Félix con su mundo cayéndose encima de él -, simplemente no podemos.

Hyunjin no dijo nada, dejó que los brazos de Félix lo rodeaban, permitió que un cálido cuerpo humano le brindara esa tranquilidad que nunca había experimentado.

El trabajo de los demonios parecía ser envidiable para muchos, los humanos lo resumirian como poder, riqueza, inmortalidad... Pero sólo era una vida vacía, un cuadro sin color, porque estaban atrapados en ese purgatorio para siempre, de ahí no había escape, solo hasta que quien los había puesto ahí sintiera que sus almas estaban lo suficientemente limpias como para ser redimidas, no iban a salir, podrían pasar siglos y siglos viviendo entre las sombras.

Esos brazos delgados, pero muy firmes, sostuvieron en ese instante todo el mundo de Hyunjin. ¿Quien iba a decir que el gran Príncipe de las tinieblas cedería su negro corazón a un chico que no era ni siquiera su tipo?.

-No puedo dejarte ir -Dijo el demonio -, no lo voy a permitir, no puedo...

Solo que ya estaban revisadas las cartas para empezar la jugada final, no había chance de retirarse de la partida, era todo o nada.

-Perdóname -Pidió Félix.

Finalmente se separó de Hyunjin, lo ayudó a levantarse del frío piso y lo miró una última vez, porque si, aquella era una despedida. La última.

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Nada que opinar hoy. ..

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My Demon - 𝐻𝑦𝑢𝑛𝑙𝑖𝑥 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora