El despertador de Félix sonó a las siete en punto del día siguiente, arrastrándolo de sus sueños a la realidad. Se levantó con pesadez, recordando que tenía que ir a la escuela y dejar a su Hyunjin-Lucifer solo en casa. Claramente no podía ir con él. Un nudo se formó en su estómago. ¿Qué podría hacer el demonio sin su supervisión? Seguro que había vivido sus siglos, pero no le quitaba que se comportaba como un adolescente.
Por suerte en la noche se había portado bien con su hermano y cuando se habían encerrado en la habitación para "estudiar", había permanecido callado y tranquilo. Aunque también había algo más que le preocupaba a Félix, y claramente era aquel tipo del supermercado, pero se había mantenido al margen de la situación porque no quería meterse a donde no lo habían llamado, además Hyunjin le había dicho que no era de su incumbencia.
-Por favor, no causes problemas -murmuró Félix mientras se acomodaba la corbata de su uniforme.
En la cocina se encontraba ya su "amigo" sentado a la mesa, leyendo una revista de deportes.
Su abuela ya no estaba, solía despertarse antes que ellos para dejarles el desayuno y después se iba.
-Buenos días, dormilón -dijo, sin apartar la vista de la revista e ignorando lo que había dicho Félix -. Veo que hoy tienes un día emocionante por delante. La abuela te dejo listo el desayuno.
-Sí, escuela... emocionante -respondió Félix con sarcasmo-. ¿Podrías hacerme dos favores?, no usar ninguna clase magia mientras no estoy, todavía no sé de que eres capaz. Y no llamar a mi abuela como tu abuela.
Lucifer levantó la mirada y le sonrió con su característico aire de superioridad.
-¿De verdad quieres saber de lo que soy capaz? -Hyunjin le lanzó una tierna y falsa mirada a Félix ignorando lo demás.
-Solo has lo que te pido, es sencillo. Nada de magia, nada de problemas.
-¿Y por qué haría yo caso a eso?
-Porque si haces algo raro, Christofer podría sospechar. Y ya sabes que no quiero que sepa lo que eres. Además puedo desear que desaparezcas de la faz de la tierra, así me ahorro todo este lío.
En ese momento, justo antes de que Hyunjin se levantara para debatir con Félix, se escuchó un estruendo en el piso de arriba, al segundo, bajó Christofer con el pelo alborotado y su mochila colgando.
-Es tarde, nos vemos al almuerzo. Buen día y adiós Hyunjin -dijo apresuradamente al tomar las llaves del coche y salir de la casa.
Lucifer suspiró dramáticamente y levantó una mano en un gesto de rendición luego de presenciar aquella escena.
-Está bien, está bien. No usaré magia ni nada. Lo prometo.
Félix sintió una ligera ola de alivio, pero sabía que no podía confiar completamente en el demonio. Terminó su desayuno rápidamente, se despidió y salió de casa, dirigiéndose a la escuela.
***
El día pasó lentamente. Félix apenas podía concentrarse en las clases, preocupado por lo que podría estar ocurriendo en su casa.
Finalmente, cuando sonó la campana del último período, salió corriendo, ignorando a sus amigos que lo invitaban a un partido de fútbol y deseando llegar lo antes posible.
Al abrir la puerta de su casa, fue recibido por un caos absoluto. Papeles, libros y utensilios de cocina estaban esparcidos por todas partes. Un olor extraño llenaba el aire, una mezcla de especias y algo más indescifrable. Félix recorrió la casa buscando a Hyunjin, temiendo lo peor.
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My Demon - 𝐻𝑦𝑢𝑛𝑙𝑖𝑥
FanficCuando Félix, un chico apasionado por la cocina, encuentra una antigua receta en un feo y viejo libro, jamás pudo imaginar que terminaría invocando al propio príncipe de las tinieblas en su cocina. Tampoco imaginó que podría invitarlo a cenar, inic...