⑅˖♡⁠˖⑅ Capítulo veintitrés ⑅˖♡⁠˖⑅

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Tomar la decisión no fue fácil.

Rafa sentía que se arrepentiría en cualquier momento.

Mientras se duchaba se permitió llorar y sacar todo lo que tenía dentro, sentía impotencia al no poder hacer nada en toda la situación familiar y la sentía aún más al saber que no va a poder salvar a su pequeño bebé. También el miedo que lo consumía era increíblemente grande, tenía miedo de morir, de lastimar a sus padres y de ser olvidado, todas las emociones que tenían lo abrumaban de una manera que parecía romperlo por dentro.

Una vez que estuvo listo para salir se dirigió al despacho de Rodrigo y estuvo por entrar pero sus gritos le detuvieron y decidió escuchar la conversación completa.

-.... Idiota?! ¡¿Cómo mierda no voy a estar cagado de miedo?! ¡Te das cuenta que hice una idiotez, mate a la cabeza de la familia principal en la mafia! ¡Mi maldita cabeza tiene precio hasta que no acabe con ellos!- Explicaba a gritos al teléfono, paro por un momento para escuchar la respuesta y después volvió a hablar pero con una voz mas calmada.- ... No, no iré directamente por los Sainz pero si quiero dar un golpe fuerte a la familia, entonces quiero aprovechar  la distracciones por el velorio y atacar en ese momento a los Verstappen. Especialmente porque tengo algo que resolver con uno de ellos.

Una vez que colgó, Rafa espero un momento y después entro al despacho, escondiendo increíblemente bien como se sentía y simplemente pregunto algo de lo que ya tenía respuesta.

- ¿Me acompañaras?- Pregunto Rafa con voz suave porque tenía la garganta lastimada por los gritos y el llanto de hace un rato.

- No, cariño.- Dijo con voz burlesca y después volteo a ver su reloj confundido.- Es la una de la tarde ¿no te parece temprano par ir a un velorio?

- Quisiera ver a mis padres antes, por favor.

- Bien, entonces te llevará el chófer hasta casa de tus padres.- Rodrigo contesto, de muy buen humor posiblemente por su plan.- Te tendré una bonita sorpresa para mañana, cariño.

- Está bien.- Dijo Rafa sin saber que más decir porque estaba casi seguro que se refería a acabar con los Verstappen.

Rafa no lo permitiría.

Fue a casa de sus padres como lo prometió, y todo se sentía raro, no por el lugar, si no mas bien por todo lo que estaba sucediendo y lo que sabía que sucedería.

Su vista se fijó en uno de los muchos espejos que había en su casa y vio su reflejo, tan diferente a lo que hubiera visto antes. De niño posiblemente se hubiera encontrado feliz y bonito rodeado de sus primos a punto de ir a jugar. De adolescente posiblemente muy arreglando y emocionado por cualquier cosa que fuera ha hacer en el día y posiblemente acompañado de su entonces novio y amor de su vida, Franco. De adulto, aunque desesperado por recuperar su relación con Franco, se encontraría feliz y radiante por estar rodeado de cualquier persona que en realidad lo quisiera y lo hiciera sentir apreciado como sus padres, abuelos o Paul. Y justo ahora no reconoce su reflejo, pálido, ojeroso, y demasiado delgado, la sudadera con capucha que cubre su vientre solo le da un aspecto más descuidado más el maquillaje cubriendo sus heridas le da a su piel un tono enfermizo, tan diferente a lo que fue algún día.

Se permitió soltar un par de lágrimas antes de subir las escaleras buscando la habitación de sus padres donde sabía que se encontrarían.

Y no se equivocaba.

Corazones LiberadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora