Eᴛᴇʀɴᴏs | ᴹᵛᵖ ©

CAPÍTULO 35.

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Una sonrisa adorno el rostro de la pelinegra cuando se adentró a su nuevo hogar. Apoyo la caja que tenía entre las manos en el piso para así poder observar todo con más detalle, estaba totalmente fascinada con el lugar a pesar de que le faltara tanto para ser un hogar real.

Pestaño varías veces creyendo que era un sueño, pero era real. Había soñado tanto con esa casa y ahora era de ella, de ella y Marco.

—¿Todo esta bien?—Pregunto al verla perdida en sus pensamientos. En la sala no había otra cosa que no fueran cajas, por lo que no entendía que estaba mirando con tanta ilusión.—¿Te sientes bien?—Se acercó, apoyando su mano en el hombro de la ojiverde.

Asintió.—Si, solo no puedo creer que todo esto sea real.. es hermoso, no me había dado cuenta de eso.—Murmuro mirándolo con amor.

—Ay bonita..—Musito con una sonrisa antes de abrazarla, dejando un beso en su cabello.

—Finalmente seremos una familia de cuatro.—Estaba feliz.—Nala y Max, van amar el jardín.—Murmuro acercándose al ventanal que daba paso al jardín trasero.

—Pronto será de cinco.

Lo miro.—No vamos a tener un bebe, Marco. Somos muy chicos para dar ese paso.—Respondió. Era algo que le venía diciendo hace mucho tiempo, pero él aún no se rendía.

—Ya vas a caer.

—Quiero un anillo primero.—Contesto mostrandole su mano, indicando que no había un anillo en su dedo anular. Él río yéndose por más cajas.—No escapes del tema, Valentin.—Elevo la voz para que él pudiera escucharla.

—Ya llegará el momento de eso, hermosa.—Aseguró dejando las cajas en el piso junto a las demás.—Ahora debemos concentrarnos en que esto se vuelva un hogar.

Asintió.—Así va a ser, Mvp.

—¿Puedes dejar de hablar y ayudar con las cajas?—Pidió Lee dejándose caer al piso con cansancio. La pelinegra lo miró con diversión, estaba rojo de tanto subir cajas al piso de arriba.

—Para eso los traje a ustedes.—Le sonrió con inocencia viendo como Noah bajaba las escaleras en un mejor estado que Lee.—¿Les gustó?—Pregunto con ilusión.

—Esta hermosa, Peque.—Aseguró Noah con una sonrisa.—Será un lindo lugar para ustedes y la familia que quieran formar.

—Si, traeré a mis hijos siempre.

—¿Hijos?—Pregunto mirando a su hermano de forma sospechosa. Lee nunca le había hablando de hijos, pero al parecer algo cambió.—¿Me darás sobrinos?

—Rachel quiere tres.. en algún momento, pero si.—Confesó viendo la felicidad de su hermana.

—Ay ya quiero que llegue ese momento.. amaría verlos correr por aquí con Nala y Max.—Hizo referencia a sus hijos perrunos.

—De todas formas falta mucho para que eso pase..

—Ya lo veremos, hermano.—Murmuro Noah con diversión.—Bien, entremos lo último que queda.

Los tres chicos salieron de la casa para poder entrar las últimas cajas que quedaban en el camión de mudanzas y una vez todo estuvo dentro de la casa, pidieron para comer.

—Entonces.. ¿Ahora eres una mujer casada?—Pregunto Lee con diversión mientras comían.—No puedo creer que esto está sucediendo.

—Casada no, aun no hubo una propuesta.. solo vivimos juntos.—Aclaro.

—¿Y la habrá?

—Claro que si.