CAPÍTULO 27.

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Había estado practicando durante horas delante del espejo el como haría para tener esa conversación con Marco o como iniciarla. Me sentía realmente nerviosa y algo tonta también, pero sabía que era necesario. Necesitaba hablar de esto con él, porque este tema se estaba llevando mi cordura consigo y no daba para más.

Espere a que llegara intentando hacer mi rutina habitual de noche, pero la ansiedad me estaba consumiendo. Lo escuche llegar y cuando abrió la puerta de la habitación, deje mi computadora aún lado.

—¿Podemos hablar?

Dijimos al unísono.

Lo mire sorprendida. ¿De qué quería hablar él? Miles de opciones distintas llegaron a mi mente y ninguna era realmente buena. Todas terminaban en un corazón roto, específicamente el mio y eso no era bueno.

—Dime, Cariño.—Murmuro sentándose en la cama. Lucía tan tranquilo como siempre y eso me asustaba el doble por alguna razón.

Negué.—Tú primero, ¿Qué ocurre?

—Yo lo dije primero, Chiara.—Me sonrió de forma ladeada.—Te escucho, ¿Qué tienes para decirme? ¿Es sobre lo del restaurante? Lo del otro día.—Consulto prestandome mucha atención, más de la que me gustaría.

—Si, algo así.—Murmure bajando la mirada a mis manos. Toda la práctica delante del espejo no habían servido de nada.—Ese día que estábamos en el restaurante.. y tú te fuiste, recibiste una llamada.—Me quedé en silencio por un momento, pensando bien en que decirle.

—Bien.. ¿Qué pasa con eso?

—Era Evans.—Lo mire, parecía ligeramente sorprendido.—Pero no sólo es eso, sino que ya van varios días en los que ella te está llamando sin parar, ¿Qué está pasando, Marco? ¿Hay algo que debería saber?—Pregunte intentando mantenerle la mirada, pero sabía que no podría hacerlo por mucho tiempo.

—De eso quería hablarte.—Musito sin perder su tranquilidad mientras que yo sentía que se me salía el corazón por la garganta.—Tranquila, no hay nada de lo que tengas que preocuparte.—Murmuro apoyando su mano sobre la mía, dándole pequeñas caricias. Tal vez, mi expresión había sido muy obvia en ese momento.

—¿Y entonces?

—Si, ella ha estado llamado. La atendí hace unos días.. me dijo que las cosas con Noah no estaban nada bien y que necesitaba hablar con alguien, que no tenía con quien hacerlo.—Explicó sin soltar mi mano.—Se que no debería buscarme a mi, pero lo hizo y la escuche, no voy a mentirte.. pero solo ha sido eso, desde entonces ella ha seguido intentando hablar conmigo pero no la atendí.

—¿Por qué no me lo dijiste?—Pregunte sintiendo un ligero alivió aunque el malestar aun estaba ahí.—¿Por qué sigue llamando?—Cuestione en un tono más molesto.

—Te lo iba a decir, estaba esperando el momento adecuado para hacerlo y que no lo tomaras mal.—Explicó.—¿Por qué no me lo dijiste antes? Lo de las llamadas..

—Me parecía estupido. No quería molestarte con eso o que pensaras que aún no superó lo que paso.—Confesé sin mirarlo.

Él se acerco a mí, abrazándome. Permití que lo hiciera y me acurruque en su pecho.

—Te lo he dicho millones de veces, Chiara. Si te preocupa o te pone mal, tienes que decírmelo.—Insistió como siempre.

—Lo se, lo se..

Eᴛᴇʀɴᴏs | ᴹᵛᵖ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora