Eᴛᴇʀɴᴏs | ᴹᵛᵖ ©

CAPÍTULO 19.

Nᴀʀʀᴀᴅᴏʀ

La morocha lo siguió no muy convencida de la situación, pero no pudo negarse a la invitación. Marco, la había invitado a pasear juntos por la feria del muelle. Amaba ese lugar y todas las cosas que se podían hacer en el mismo. Ni siquiera fue capaz de pensarlo dos veces, solo acepto y esperaba que no terminara mal porque eso la pondría muy triste.

—¿Qué quieres hacer primero?—Le pregunto mientras la guiaba por el lugar, teniéndola tomada de la mano para no perderla entre toda la gente que había. —¿Un juego? ¿Algo de comer?—Propuso.

Pensó durante unos segundos.

—Un helado estaría bien.—Murmuro con una pequeña sonrisa viendo como él la llevaba al puesto de helados sin chistar.

—Un helado de fresa y chocolate, por favor.—Pidió tomándola por sorpresa, ¿Como sabía que esos eran sus gustos favoritos?

—¿Como sabes eso?—Pregunto acercándose a él, abrazándose a su brazo sin soltar su mano. Marco bajo la mirada encontrándose con los intensos ojos verdes de la morocha, logrando hacerla sentir nerviosa.

—Me lo dijiste en una de las clases de guitarra que tuvimos, ¿No lo recuerdas acaso?—Respondió con una sonrisa ladeada.

Negó. —No, no lo recordaba..

—Aquí tiene su helado, señorita.

—Gracias, Mvp.—Le sonrió tomando el helado. Se llevó una cucharada del mismo a la boca mientras seguían caminando por el muelle.—Eres muy atento como para recordar eso, ¿Acaso te acuerdas de todo lo que dije en esas clases?—Pregunto con diversión, creyendo que no sería así.

Asintió.—Si, todo lo que tenía que ver contigo. Pregunta si quieres.—Le aseguro viendo la desconfianza en la mirada de la joven.

—¿A qué soy alérgica?

—A las nueces.

Ella asintió.—Bien, ¿Qué deporte hice de pequeña?

—Patín.

Volvió a mirarlo sorprendida. No esperaba que fuera verdad, pero al parecer lo era.

—Wow.. decías la verdad.—Murmuro sin poder esconder su sonrisa tonta. Le parecía tan lindo que él recordará esas cosas, aunque en el fondo sabía que no podía olvidarse tan fácil de lo que él había hecho.

—Claro, ¿Por qué te mentiría?

Ella se encogió de hombros.—No se, los hombres mienten en esas cosas todo el tiempo.. nunca recuerdan nada, porque nunca escuchan.—Explicó mientras miraba los puestos de la feria.—Mira que oso tan lindo..—Murmuro viendo el enorme oso, que era premio en uno de los juegos de la feria.

—Bueno, ahora sabes que siempre estoy escuchandote con mucha atención, siempre.—Aseguró.—¿Quieres ese oso? ¿Eh?

—¿Lo ganarás para mi?

—Ganaré todos lo que quieras con tal de verte sonreír.

—Deja de decir tonterías y gana el oso, por favor.

Él negó con diversión.—¿Esto cuenta como una cita?—Pregunto mientras se preparaba para jugar.

—No, para nada.

—¿Y qué es?

—Mmh, salida de amigos, creo.

—¿Amigos?

Asintió.—Si, amigos, Mvp.

—Esta bien, lo entiendo.