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Durante el entrenamiento todo estuvo normal y tranquilo apesar de que Atsumu en ocaciones se sentia incómodo cuando Sakusa se acercaba a él.

Cuando se terminó el entrenamiento Sakusa fue el primero en irse luego de cambiarse. Camino hasta el estacionamiento donde estaba su auto estacionado, se subió y encendió el motor y conducio hasta su departamento.

Sus padres seguían en Japón al igual que sus hermanos. Desde que llegó a Japón tuvo varias llamadas de su madre diciendole que el y su esposo la fueran a visitar. Claramente no a ido a visitar a su madre ni mucho menos a su padre, excusándose de que está ocupado al igual que su esposo.

Pero ya sabía por qué su madre estaba tan insistente, y es que como le encanta joder tanto su vida le pediría un nieto. Aveces pensaba si sus padres lo hacían apropósito para que fuera infeliz, por que a sus dos hermanos mayores dejaron que ellos mismos eligieran a sus parejas. Pero con el fue diferente, sus padres habían decidido con quien debía casarse.

Por suerte, por que por fin la vida le tuvo piedad como para darle un omega que era tranquilo y no exigía demasiado. Todos decían que ellos dos estaban destinados a estar juntos ya que se complementaban. Pero lo que nadie sabía es que ambos fueron obligados a casarse con las personas que no amaban.

Al entrar a su departamento se rocío con alcohol en la entrada y se quito sus zapatillas para ponerse las pantuflas. Se quito la mascarilla y la boto en el pequeño canasto de basura que tenían en el pasillo.

Fue recibido por un dulce olor a durazno, suave pero intenso. Las feromonas de Akaashi llenaban el departamento. Sakusa dejó su bolso en la sala para ir directamente a la habitación que compartía con su esposo.

—Akaashi..— miraba como el omega se escondía bajo las sabanas retorciéndose un poco po el dolor, apesar de que estaban casados Akaashi se negaba a usar la ropa de Sakusa para hacer sus nidos para sus celos.

Sakusa se quito sus bloqueadores para soltar sus feromonas, haciendo que el dolor del omega disminuyera un poco. Camino hasta quedar a un lado de la cama, se inclino hacia adelante y le quito las sábanas que tenia Akaashi, al hacerlo las feromonas del omega inundaron las fosas nasales del alfa. Con cuidado Sakusa acaricie su cabeza, sentándose al lado de su prometido.

—Bienvenido— dijo el omega apenado como siempre cada vez que su celo llegaba —disculpa, no pude preparar la cena— por instinto se froto contra su mano, buscando más contacto con el alfa.

—Ya te dije que no debes preocuparte por eso— deslizó su mano hasta su mejilla, acariciándolo un poco.

"Desearía estar con Atsumu, me pregunto si Hinata ayuda a Atsumu en sus celos.." se mordio el labio por ese pensamiento, era obvio que el enano ayudaba a Atsumu. Después de todo estaban casados y era común en una pareja que el alfa ayudara a su omega.

Sakusa se alejo de su esposo y busco en la mesita de noche en uno de los cajones una caja de condones y dejarlo en la cama, para entonces desvestirse y subir a la cama, soltando más de sus feromonas hasta llenar al tope la habitación con sus aromas.

Le quito por completo las sábanas y se dio cuenta que Akaashi se estuvo tocando, estaba casi desnudo solamente llevaba su camisa que tenia pegado un aroma que no le pertenecía, ni al omega ni a el.

Pero que no le costo reconocer al instante. Olía a otro alfa.

Mi Hermoso Solecito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora