[1]

807 57 0
                                    

Sakusa Kiyoomi no tenía planeado enamorarse, y menos de aquel omega. Sus padres no aceptarían algo como eso, después de todo ellos ya habían elegido su "pareja" con quien debería pasar el resto de su vida apenas cumpliese los dieciocho años.

Como había sucedido esto? pues hoy habían tenido una práctica amistosa con el Inarizaki, pensó que sería un día normal y tranquilo. Pero no lo fue, el primer set lo habían perdido por errores de el y por que? La respuesta era simple, no podia despegar su mirada de un pelirubio mal teñido. su sonrisa hacia que su corazón se acelerara, era la sonrisa más hermosa que había visto y la que apartir de ese día seria su favorita. Aunque quisiera concentrarse en el partido, no podía, en algunas ocaciones sus miradas se encontraban y los ojos del pelirubio brillaban cada vez que se miraban.

No pudo jugar el segundo set ya que su entrenador lo había mandado a la banca, su equipo perdió el set. El equipo contrario era bueno, pero si el hubiese estado concentrado en jugar y no en ver a cada rato al pelirubio hubieran ganado. Estaba seguro de eso y lo demostrarían en el siguiente partido.

Al finalizar todos se fueron a ducharse, los de Inarizaki se quedaron en el gimnasio para escuchar las instrucciones de su entrenador. Si no había escuchado mal ellos se quedarían una semana, camino rápido para ir a la habitación que compartía con su equipo, busco su jabón y la toalla y obviamente la ropa que usaría. Fue a las duchas y busco un lugar separado de los demás. Estaba estresado y esperaba que ninguno de sus compañeros de equipo le preguntase por que había jugado tan mal en el primer partido.

Fue el último en terminar como era costumbre, se vistió rápido ya que el otro equipo ocuparían el lugar. Al salir se encontró con el Inarizaki apunto de entrar, se fue sin decir nada no quería estar cerca de ellos, quien sabe cuantos gérmenes cargaban encima. Sentía la mirada de alguien sobre el, esperaba no toparse con ellos y menos con el pelirubio. Pero lastimosamente lo vería para la cena, mientras tanto se quedaría en la habitación reacomodando sus pensamientos que eran todo un caos en su cabeza. Para su mala suerte su primo como siempre se había acercado solo para molestarlo. Estuvieron un rato en la habitación hasta que su capitán dijo que la cena ya estaba lista, fuimos al comedor y nos sirvieron la comida, la necesitábamos para recuperar energía. Me senté una de las mesas que estaban en toda la esquina y lejos de los demás, ni su primo y ni su equipo se sentaron con el para darle su espacio, pero quien diría que su espacio seria invadido por un zorrito. Nisiquiera preguntó si podría sentarse con el que obviamente su respuesta sería un "no", él chico solo se sento. Miro a los lados viendo que todos los  miraban, solo quería comer tranquilo pero ya ve que no tendría nada de tranquilidad.

—Soy Miya Atsumu— dijo con una sonrisa, y con cierto entusiasmo

Enserió tendría que hablar con él? pues tal parece que si, lo miro y esperaba que los demás dejaran de verlos. Era como si esperaban a que el le hiciera algo, después de todo era un omega quien estaba sentado en la misma mesa que el.

—Sakusa Kiyoomi— empezó a comer para terminar lo antes posible e irse a su habitación

—Kiyoo.. Yoomi... Omi? OMI!— esto debía ser un tipo de broma, o un mal sueño, mejor dicho una pesadilla. No ha pasado ni diez minutos y ya le quería poner un apodo, lo peor de todo es que lo habia gritado y ahora sentía hasta la mirada de sus entrenadores quienes estaban en un lugar separado.

—No grites y come callado— él hizo un puchero y tenia sus mejillas levemente sonrojadas. Seguramente por haber gritado y que ahora todos nos miraran.

Al terminar de comer me fui sin decir nada, solo quería irme a la habitación y poder dormir en paz. Pero en medio del pasillo sentí a alguien aferrarse a mi brazo, todo pensamiento que tenía de matar a la persona que me había tocado y me habia pasado gérmenes se esfumo al ver quien era. La sensación de sentir suciedad desapareció y un cosquilleo por todo mi cuerpo apareció, y nuevamente mi corazón se aceleraba. —que crees que haces? suéltame— trate que me soltara pero este solo se aferraba más

—quiero un helado...— y que tenia que ver yo con su helado? —Pero 'Samu no me quiere acompañar y Suna tampoco.. Kita-san esta hablando con Aran-kun y no quiero molestarlos— ya entendía a donde quería llegar y se iba a negar —puedes.. acompañarme? porfavor— como es que podía confiar en un alfa que apenas acaba de conocer?

—no, es tarde y mañana tenemos entrenamiento, necesito dormir al igual que tu— logre que me soltara y seguí caminando hacia la habitación, no tenía tiempo para esas cosas.

Mi Hermoso Solecito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora