Sakusa Kiyoomi no tenía pensado enamorarse, pero quien diría que después de conocer a Miya Atsumu caería profundamente enamorado. Los obstáculos que se aproximaban no le impedirían estar a su lado, Atsumu sería su omega y el sería su alfa.
Desde aquel amistoso no se volvieron a ver más, excepto en juegos amistosos y juegos oficiales que se llegaron a topar pero Sakusa al ver que Atsumu quería acercarse a él, simplemente se alejaba ignorando de haberlo visto.
Atsumu era insistente, pero le dolía ver como el alfa lo evitaba. Hasta que dejó de intentar acercarse al pelinegro, pero no significaba que no dejara de pensar y soñar con él.
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Pasaron unos años, Atsumu siendo era un jugador profesional, tenia un alfa que lo amaba, tenia una buena casa, era feliz.. o eso pensaba, lo tenía todo, pero algo le faltaba..
En cambio Sakusa se fue de Japón apenas terminó la preparatoria, para estudiar en Rusia y jugar con un equipo que estaban muy interesados en él. Obviamente él no desperdiciaria la oportunidad de jugar con uno de los mejores equipos de Rusia.
Sus padres lograron hacerlo el "alfa perfecto", estaba casado con Akaashi. Luego de que su madre convenciera a su padre de que el hijo de su mejor amiga era omega y era perfecto para la familia. Hoy en día llevaban un año de casados
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Hoy me levante como todos los días, a la misma hora con mi esposo a mi lado aun dormido y abrazándome.. aunque seria más lindo si mi esposo fuera más alto que yo así como todos los omegas soñaban con un alfa. Alto, musculoso, caballeroso y que me amara; esos eran los viejos estándares y requisitos que tenia en mi adolescencia pero su querido esposo no cumplía lo de ser alto y caballeroso pero seguía siendo perfecto, era un sol muy brillante y bonito.
Hice como siempre mi rutina mañanera antes de irme con mi esposo al entrenamiento de hoy, no sin antes pasar a una cafetería para desayunar.
Se preguntaran como termine casandome con Shoyo, pues verán, después de haber perdido contra el Karasuno en segundo año le llamo un poco la atención el brillante sol de Karasuno y le prometió que un día le colocaría el balón. En tercer año sus equipos tuvieron varios partidos amistosos hasta que Atsumu acepto los sentimientos que crecieron y le confesó su amor. Sus sentimientos fueron correspondidos, su amor era mutuo y hasta el día de hoy su equipo actual decían que eran la "pareja perfecta y linda" que habian visto.
Pero eso pensaban todos, que su relación seguiría de color de rosas. Tan lindos, unidos y que pensaron que algun día tendrían una hermosa familia. Pero nadie contaba con que cierto alfa regresaría a Japón y se uniría a los Black Jacks y dejaría todo de cabeza.
