Entrada #10

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Si algo le gustaba a Bill Kaulitz , era la manera en que su pareja sonreía: su sonrisa hacía que los ojos marrones de Georg se iluminarán, y se vieran exactamente como los de un niño, recordándole a Bill lo mucho que éste le quería.

Cuando el tatuado le contó a Natalie, la chica del Starbucks, que Tom le había brindado dos boletos que habían hecho a su pajera crear tal sonrisa, ella se puso a brincar en su asiento, para después ser retada por su jefe.

«Siento que te hayan suspendido del trabajo por mi culpa» se disculpó el pelo negro , caminando a su casa con la rubia a un lado.

«Ah, no te preocupes, no es la primera vez que me pasa de todos modos, mejor cuéntame qué pasó con Tom» sonrió encogiéndose de hombros.

Desde la primera vez que habían hablado, Bill había sentido cierta conexión a la chica, nada amoroso, claramente, pero sí un cariño bastante grande, que logró llevarlo hasta el café de nuevo.

«Pues, somos amigos» la muchacha soltó un gimoteo, tapándose la boca después «Oye, no te rías.

«No me estoy riendo» murmuró la rubia, tratando de no explotar en risas.

Bill giró los ojos, deteniéndose frente a su hogar, los pies le mataban, enserio
necesitaba conseguirse un auto pronto si quería trabajar después de terminar la universidad, eso de ir a pie a todos lados no era la mejor opción.

«¿Y tú no tienes auto?» Murmuró, adentrándose al edificio, Natalie dejó de jugar con el collar de su cuello para voltear a verlo, asintiendo con la cabeza.

«Sí tengo, pero mi hermano chocó el suyo y me pidió el mío para ir a una práctica en leipzig, pero pronto me tendrás aquí afuera como tu chofer personal» se señaló a sí misma, entrando al departamento con Bill.

«¡Amor, ya llegué!

«¡Estoy en el cuarto!» Se oyó en respuesta, en algún lugar recóndito de la casa.

«Aww, que bonito» Bill giró los ojos con una sonrisa al ver a Natalie hacer ese gesto.

«¡Y traje visitas, así que no salgas desnudo!» Dijo sonriendo, la rubia se limitó a reír.

«¡Ah bueno!» Se oyó desde el cuarto.

«Siéntate en lo que llega» sugirió Bill, señalando el sofá del living antes de caminar a la cocina.

La muchacha saltó al sillón, desparramándose en él antes de tomar una cámara Panasonic de la mesita.

«¿Quieres algo?» Oyó la ronca voz de su amigo llamarle desde la cocina.

«No, ¡No, gracias!» Vociferó, prendiendo la cámara para después tomarle una foto a sus pies. Presionó el botón de galería, haciendo una pequeña "o" con sus labios después, gesto que se sustituyó por una sonrisa maliciosa y un clic constante en cada foto.

«¿Qué estás haciendo?» La voz de su amigo le sacó del espionaje.

«¿Tú eres Gothdick número que no recuerdo?» Bill se sonrojó bruscamente, volteando a ver inmediatamente a la cámara que reposaba en los dedos de la muchacha.

«¿Quién te...? ¿Cómo...?

«Oye, soy fujoshi al cien» sonrió de lado, dejando la cámara en la encimera de nuevo «Mi vida se limita a estudiar, leer, escribir, Facebook, Tumblr y Wattpad, son el paraíso, viejo. Tarde o temprano me iba a salir un chico gay y sexy modelando bragas en mi portal.

«Osease que no tienes vida social» una voz profunda le sobresaltó a la rubia, quien se giró enseguida para encontrarse con un castaño intimidante.

«¡Jo-der! ¿Él es tu novio? No pierdes el tieeempo» murmuró la muchacha, haciendo un gesto de picardía e intensificando el carmesí en las mejillas del menor.

«¿Trajiste una fan de tu blog?» Arqueó una ceja el castaño, viendo con cierta diversión a la rubia.

«¿Qué? No, Georg, ella es Natalie, la chica que te conté del Starbucks» el castaño tenía una torcida sonrisa en los labios, con la vista fija en la muchacha.

«Que talento tienes para conocer raritos, cariño» rio, acercándose a Bill hasta rodearle la cintura y recargar su mentón en el hombro de su pareja.

Natalie se mordió los labios por dentro, conteniéndose para no sacar su celular, tomar una foto y luego brincar como una histérica pidiendo yaoi hard a lo duro.

«Hacen una linda pareja juntos» terminó murmurando, sonriendo con gesto efímero.

Bill arqueó una ceja, adivinando la reacción de la chica, giró su rostro para tomar el de Georg con sus manos, sonriendo.

«¿Podemos darle a Nat lo que quiere ?

«¿Qué es lo que...?» el castaño fue interrumpido por los labios de su novio.

La rubia no se contuvo y soltó un grito agudo al aire, sacando su celular y tomando el vídeo del momento a la velocidad de la luz.

«Gracias, gracias, gracias» murmuró apenas la pareja se separó, la muchacha se abalanzó al menor, apretándolo con sus brazos.

«Joder, Natalie, no creí que enserio estuvieras tan obsesionada» mencionó , sintiendo que aire abandonaba sus pulmones. Georg no dejaba de reír.

«No tienes idea» susurró con gesto maniático la muchacha, haciendo reír al tatuado

«Mierda, creo que serás mi mejor amiga hasta que te mueras...

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«¿Una cena en la galería?

«Solo serían unos amigos y nosotros» murmuró el de trenzas a través del teléfono. La risa de Heidi resonó por el otro lado.

«¿Y yo totalmente sudada? Tienes problemas, Tom.

«Hey, podrías cambiarte» sonrió el hombre, haciendo zapping en el televisor de su cuarto.

Ya era pasada la media noche y dentro de dos días Heidi volvería a la casa, por
consistente, conocería a Bill, y eso ayudaría a Tom a fortalecer la idea de que el tatuado y él eran solo amigos.

Había decidido llamar a su mujer para no decirle de última hora, y mucho menos si siempre no iba a ser la única mujer ahí, Bill le había dicho que si podía invitar a Natalie, la chica que había cuidado a Leni en el Starbucks, Tom no había tenido el mejor presentimiento de ella, pero estaba bien, bueno, su galería era gigante, además, si le decía a Heidi que aparte de ella, la única mujer sería una rara de veintiún años, como había marcado Bill, ella no se pondría celosa.

«¿Qué dices? ¿Me acompañas? Bill es buen tipo, irá con su novio y la chica, Natalie, es una muchacha apenas, ¿Qué andaría yo fijándome en universitarios, bebé?» El suspiro de Heidi se dejó escuchar al otro lado. Tom mordió su labio. Al menos no había mentido en decir que Natalie no le gustaba.

«Bien, pero sigo sin entender cómo conociste a un homosexual diez años menor a ti en una biblioteca. Como sea, bien, haremos la cena» casi la pudo ver sonreír del otro lado, el de trenzas soltó una risita nerviosa.

«Vale, adiós, te amo.

«Y yo a ti» la línea se cortó después, dejando al padre de familia en total silencio.

Tom se quedó viendo fijamente al inició se su celular, debatiéndose entre presionar o no cierto icono.

«Oh vamos, un amor platónico no hace daño» se susurró, antes de apachurrar el icono con una "t" como logo.

Apenas se fue a siguiendo, su entrepierna pulsó al ver el blog de Gothdick789, tragó saliva, estirando su mano hasta el pantalón de pijama, por lo que le había contado Bill , él y Georg ya se habían reconciliado, y esto solo afirmaba los hechos.

Había mucho material nuevo con el cual masturbarse..

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