Entrada #12

40 4 1
                                    

La copa volvió a tocar sus labios, dejando que el vino entrará en su garganta.

«Entonces tenemos tres universitarios realizados aquí, que gusto» murmuró la rubia,sonriendo mientras tomaba la mano de su esposo por sobre la mesa.

Georg sonrió, viendo con anhelo a la mujer. Por favor, era Heidi Klum. Joder.

«Y comprometidos, ¿Qué más puedo pedir?» Murmuró, tomando la mano tatuada de su novio.

Bill sonrió levemente, mirando de reojo que Natalie y Leni jugaban en el celular de la primera.

La galería de Tom había resultado maravillosa, la clase de cuadros que se
encontraban en cada pared, eran fabulosos, en su totalidad, Bill no había visto ni siquiera la quinta parte, había dicho el artista mientras caminaban al salón superior para cenar; parecía como si nada hubiese pasado en la camioneta de Tom, e incluso, mientras comían un delicioso pollo a la crema, habían hablado entre ellos mientras Georg y
Heidi se perdían en su propia conversación, lo de la camioneta había sido un desliz,simplemente, no tenía nada de especial.

El moreno dejó su copa en la mesa, levantándose para luego aclararse la garganta.

«¿Alguien gusta ver la galería?» Bill se soltó del agarre de Georg, saltando como un resorte de su silla. Si algo odiaba, era cuando el castaño comenzaba a hablar sobre su relación amorosa con ese tono meloso que lo hacía ver como una chica, tachando a Bill del novio perfecto, casi una ama de casa.

«Yo te acompañó» afirmó con una sonrisa que hizo estremecer al artista.

«¿Natalie , hija?» Murmuró el mayor, paseando su vista entre la rubia y su hija
pequeña, ambas negaron al mismo tiempo sin desviar su vista de la pantalla del celular,haciendo que los hombres soltaran una risita.

Bill no tuvo que preguntar a su esposa, era más que claro que estaba enfrascada en la conversación con el prometido de Kaulitz. Hizo una seña con la cabeza al tatuado,comenzando a caminar fuera del apartado donde estaban cenando.

«¿Qué te gustaría ver primero?» Preguntó el mayor, caminando a través del largo pasillo, bajando las escaleras.

«Sorpréndeme» murmuró Bill, con la vista pegada a cada cuadro que veía, volteó a ver a Tom , quien caminaba a su frente; se preguntó cómo es que solo una persona podía pintar cosas tan maravillosa, y más impresionante aún, se imaginó cómo seria si el artista lo dibujara a él.

«Te mostraré la sección negra, creo yo que te gustará» la voz de Trumper sacó al blogger de su cabeza, obligándolo a arquear una ceja.

«¿Sección negra?» Murmuró, siguiendo a Tom a través de unas escaleras hacia abajo, la galería era aún más grande de lo que parecía.

«Es una parte del edificio que muchos toman de extraños, ahí tengo todos mis cuadros más...» Dejó las palabras flotando, al momento que se detenía frente a dos puertas de caoba negra gigantes, las abrió con gesto teatral «Profundos.» Sentenció con una sonrisa.

El pelinegro abrió levemente la boca, apreciando los cuadros del lugar. El apartado tenía las paredes blancas, como todas las de la galería, a su diferencia que la luz de ese lugar era tenue y que había cortinas negras, en vez de rojas, en el gran ventanal. En las paredes, había cuadros largos y grandes, así como pequeños y cuadrados, estaban conformados por criaturas, súper héroes y personas, Bill logró distinguir a Leni en uno de ellos, detrás de un árbol, con la mitad de su rostro fuera, sonriendo con malicia,otro donde un chico rubio y delgado estaba colgado de cabeza, con una expresión de sorpresa, atado de todo el cuerpo y a punto de caer sobre una manada de personas ; todos los cuadros parecían contar una historia, algunos parecían siniestros, incluso daban la impresión de seguirte con la mirada, otros parecían llenos de color y fantasía, y esos tenían una persona distinta acompañándolos.

TUMBLR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora