Entrada #36

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Y si a Bill le había incomodado ir con los padres de Tom, el solo pensar que a los
dos días el moreno tendría que conocer a los Kaulitz le había puesto más ansioso de lo que hubiera podido estar Bill.

Habían despertado juntos, abrazados bajo las mantas y totalmente desnudos, el muchacho fue el primero en abrir los ojos y al volver a ver el pálido rostro de Tom enfrente no había podido evitar sonreír.

Tal vez nunca iba a cansarse de eso.

Se estiró levemente hasta rozar sus labios con los del hombre y cuando éste abrió los ojos, ambos se dedicaron una sonrisa.

«¿Listo para conocer a mis padres?» Susurró el pelinegro, Tom hizo un puchero, inclinando su rostro para besar los labios de su pareja y después atraerlo por la cadera.

Sus manos fueron a deslizarse por las piernas del tatuado hasta llegar arriba de la pelvis,

Bill se separó entonces, arqueando una ceja.

«Hey, es un desayuno, no cena» rio, tomando las manos del artista por debajo de las mantas.

«Por favor, márcales y diles que comemos juntos, me estás dando en todos mis nervios cuando planeas un desayuno con tus padres.

«Oh vamos, después iremos por tu hija al hospital y la llevaremos a donde quieras para que olvides lo que sea que vaya a pasar con mis padres» el menor giró los ojos, recargando su rostro en su mano.

«Pero tengo miedo.

«Yo también lo tenía y ahora tus padres y tu ex esposa son las personas que más me odian en la tierra, mis padres no van a odiarte.

«¿Y si lo hacen?» El hombre se escondió en el cuello de su pareja, besando el mismo.

«Pues ni modo» Tom soltó una risita, separándose de Bill para sonreírle. «Tienes a Leni para olvidarlo.

«¿No me dejarás si ellos no están de acuerdo con lo nuestro?» Susurró el mayor, estirando una mano para acariciar la mejilla de su novio.

«No te deje ni cuando tú creías que lo había hecho» volvió a ser besado, respondiendo con total gusto.

«Te amo ¿Lo sabías?» Kaulitz asintió, levantándose de la cama solo para tomar la primera camisa de Tom que encontrara en el suelo.

«Yo lo hago todavía más» susurró en respuesta, caminando directamente al baño. El artista sonrió desde su lugar, a veces simplemente no podía evitarlo..

Bill no podía dejar de impresionarse cuando veía a Tom vestirse de manera
elegante, simplemente se ponía un traje y parecía ser el abogado más dedicado a su trabajo del mundo, y eso que el traje que había sacado de quién sabe dónde era de un color azul obscuro, que con aquella corbata rosa le daban un aire totalmente diferente al que Tom solía experimentar.

Bill había conducido esta vez el auto, optando por usar un simple maquillaje negro, una camiseta negra con una chamarra de cuero encima y un par de jeans blancos ; cuando iba con sus padres jamás dejaba de lado su estilo y aunque sabía que Tom no lo hacía a propósito, siempre se veía jodidamente maduro cuando salían a algún lado.

La casa de los Kaulitz no era precisamente enorme como la de los padres de Tom, mas igual era de dos pisos, fachada blanca y un bonito jardín delantero con rosales de distintos colores, se sentía el triple de acogedor de lo que era la casa de los Trumper y al ver
el auto de Verina a un lado de una Lobo negra, solo podían darle la sensación de confianza que Bill había experimentado al estar con Kristy.

El muchacho estacionó el auto de su pareja enfrente de la casa, soltó un suspiro, volteando a ver a Tom y dedicándole una sonrisa de lado.

«Verás que les agradas, y de todas maneras vamos a decirlo ¿Recuerdas?» Comentó, estirando una de sus tatuadas manos para tomar la mano de Tom.

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