Entrada #8

35 5 5
                                    

Y ahí estaba de nuevo.
La incógnita era cómo, y la respuesta era Él.

Bien se había dicho que no volvería a torcer a Georg como una muñeca de trapo, pero mierda, era Tom de quien se estaba hablando y...
Anoche habían estado charlando, algo parecía haber pasado también en la vida de Tom, porque el de trenzas había estado mandando mensajes espontáneos y retóricos, además de que en ningún momento invitó a Bill a algún lado. Lo cual era malditamente perfecto.

Pero anoche, después de que Georg se quedará dormido en el regazo del tatuado; y de que en casa de Tom, éste hubiera terminado de limpiar, a Bill le había llegado un texto. Uno que inició una conversación que prontamente llevó a una invitación a la casa del artista.

Y sin embargo Bill quería ser tragado por la tierra.

«Oh vamos, no puedo hacerle esto a Georgi» se dijo, antes de volver a suspirar.

Decidió dar media vuelta y tratar de alejarse de la puerta, pero como la suerte era su mejor amiga, escuchó su nombre a sus espaldas y, arrepentido, se volvió a ver al tipo que lo estaba llevando de picada y no había visto desde hacia ya casi una semana.

«Hola Tomi» susurró, mordiendo su labio sin verlo a los ojos realmente.

El mayor rascó su nuca, nervioso, hace unas horas había llevado a Leni al colegio y de camino se había puesto a pensar en lo estúpido e iluso que era, jugando con su esposa de tan horrible manera, había decidido por sentarse en el sofá, en total silencio, cuando escuchó un murmuro afuera de su puerta.

«¿Gustas pasar?» Murmuró con la voz gélida, enserio se estaba arrepintiendo de abrir.

«Ah... N.. Sí, gracias» entró con las rodillas temblando, antes de sentarse en el sofá sin pedir permiso alguno.

«¿Quieres algo de beber?

«No. Gracias» Bill bajó la mirada, pegándola a su regazo.

Pensó que sería el momento perfecto para lanzarse a besarlo y susurrarle la cuota imaginaria que tenía en su cabeza por haberse acostado con Tom dos veces, así el moreno se indignaría, lo mandaría por un tubo y jamás le volvería a dirigir la palabra de nuevo. ¡Bam! Adiós problema.

Pero cuando el artista se sentó a su lado y el olor a jabón y shampoo le llegó a las narices, cualquier táctica que había llegado a su cabeza se había desvanecido.

«¿Y qué tal la escuela?» Preguntó Tom, asimilando que el jarrito con flores que había en la mesita de centro era lo más interesante en el mundo.

«Bien, todo... Bien» se encogió de hombro, soltando un suspiro antes de incorporarse por completo «Creo que lo mejor es que me vaya» Tom quiso decir algo, pero su cabeza solo atinó a asentir.

Bill apretó los labios, haciéndose camino a la salida, y sintiendo una mano en su brazo después.

«Bill, creo que debo decirte algo» el tatuado podía haberlo golpeado y luego seguir su camino y jamás volver a esa casa.

Sin embargo el rostro de Tom parecía haberlo hechizado por completo. ¿Tan guapo había sido todo este tiempo?

«Habla.

«He estado pensando y... Bueno...» Tomó aire, tratando de no desviar los ojos de lasorbes miel de Kaulitz«¿Te quedas a comer?

La pregunta le tomó desprevenida a ambos.

¿Enserio Trumper , una cita? Estaba cavando su propia tumba para cuando llegara Heidi

En cuanto a Bill, el menor había estado a punto de cumplir su palabra y salir de ese lugar para ya no volver ¿Es que acaso Tom quería verlo sufrir por amor? Sonaría egoísta, pero Georg era el único que estaba para eso. Y Bill quería acabar con eso también.

«Yo... Tom, estoy teniendo ratos difíciles con mi pareja, ¿Podrías...?

«Solo comer, Billy, lo que pasó hace unos días no debió pasar, ambos tenemos una
vida, y bastante diferente como para arruinarlo. Solo quiero una amistad ¿Se puede?» El gesto casi mata de la ternura al tatuado.

Tom tenía los labios en un casi invisible puchero, así mismo, su cabello trenzado estaba desordenado por su cabeza, dándole un aire infantil, era sensualmente adorable.

«Está... Está bien» susurró, mordiendo su mejilla inferior antes de volver al sofá.

Tom no supo si felicitarse o maldecirse por lo que acababa de ocurrir, bien Bill le caía de maravilla, pero eso no quitaba el hecho de que por las noches se masturbara con su blog en Tumblr. De hecho, bien sabía que algo estaba fallando en la relación de Bill y su prometido, porque el blog de Gothdick789 no tenía ni una nueva entrada después de las últimas fotos que había visto.

«Bueno, tengo que ir por mi hija a la una, así que tenemos...» Volteó a ver su reloj haciendo una mueca «Quince minutos» Bill sacó su celular, notando que eran las doce y media, volvió su vista a Tom, tratando de sonreír

Quince minutos...

¿Cuántas cosas no se podían hacer en ese tiempo?

Bill podía mamársela a Tom, o al revés, incluso podían besarse, o... O dejar de
pensar así.

El mayor mordió sus labios, caminando lentamente hasta sentarse en en el sillón individual, lo suficientemente lejos de los labios de Bill.

«Oye, me dijiste que a tu novio le gustan las pasarelas de moda ¿No?» El menor asintió quedamente, sin ni siquiera dejar de ver sus botas negras.

«En eso trabaja tu esposa ¿No?» Ahora fue el turno de Tom asentir.

El mayor se levantó del sofá, caminando a la barrita de la cocina y sacando algo del adorno que estaba en una de las esquinas.

«Heidi vuelve en una semana, y tendrá una pasarela llegando» murmuró el moreno, estirando dos pedazos de papel rectangular a la cara del blogger

«Tal vez sería bueno que llevaras a Georg, incluso solo puedes mandarme un texto, y los hago pasar al backstage, digo, Leni y yo también estaremos ahí» se encogió de hombros.

La expresión de Bill era de total sorpresa, tal vez Tom enserio quería plantar una amistad y dejar todo lo que había pasado días atrás en el olvido. Una ligera sonrisa se dibujó en su rostro antes de recibir gustoso los boletos, guardándolos en su chaqueta, Georg iba a perdonarlo del todo con esto, ¡Sí!

«Oye, hay algo más...» El tatuado levantó la vista sin dejar de sonreír, Tom rascó su nuca, impaciente «Digamos que mi galería está a unas cuadras de donde será el show, no sé, podrías...

«¿Pasar a verla?» Intervino el tatuado, el artista soltó una risita, asintiendo con una leve sonrisa.

«Es que me dijiste que estabas estudiando Filosofía y Letras, y pues yo tengo alguna que otra pintura inspirada en algunos escritores o filósofos, así que...

«¡Estaría genial!» Sonrió el tatuado, sonrojándose luego por tal impulso. Tom le dedicó una sonrisa, bajando la vista a su reloj de nuevo, era hora.

«Bueno, voy por Leni, ¿Me acompañas?» Bill se mordió el labio, vacilando un poco antes de asentir con la cabeza «Vamos» el moreno extendió una mano inconscientemente, la cual el menor tomó de igual forma, saliendo con el artista de la casa para montarse en el auto.

Ya nada iba a complicarse, Tom parecía estar hablando enserio y la verdad era que Bill sí quería intentar una amistad con él, le caía bien, y sería el primer chico en toda su vida que, después de haber sido un polvo rápido, se volvería su amigo. Porque eso iban a ser ¿No?

Amigos...

TUMBLR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora