Entrada #13

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El pelinegro fue el primero en arrancar, besando con desesperación al mayor, antes de que éste se separara de golpe.

«Las puertas» susurró, para luego girarse a cerrar la entrada de la estancia negra, se volvió al tatuado, sonriendo de lado.
Se juntaron en un beso sin preguntarlo, simplemente con el sentimiento cálido en el pecho, de algún origen desconocido. Bill se aferró al cuello de Tom, caminando de espaldas hasta chocar con el tan famoso sofá rojo, el mayor le empujó al mueble, permitiéndose besar sus labios una vez más, con más tranquilidad que en un principio.

Bill abrió sus piernas un poco más, dejando que el cuerpo de Tom pudiere bajar, sus tatuadas manos se revolvían entre las lindas trenzas del mayor, mientras el dueño de estas seguía besando el rostro y cuello del pelinegro.

«No sé qué está pasando con mi vida» susurró el tatuado, sin ni siquiera separar sus labios de los contrarios en su totalidad.

Tom no quiso contestar, porque si lo hacía... Ambos se echarían a llorar.

En cambio volvió a besarlo, disfrutando del sabor, textura, de ese calor que un principio le había asustado. Sus manos bajaron hasta los jeans de Bill, comenzando a apretar la hombría por debajo de la tela, mientras que los gemidos comenzaban a ganar espacio en
el apartado.

«Te quiero Bill, y no puedo quitarme el sentimiento» susurró el moreno. Las manos del menor comenzaron a desabotonar la camisa de Tom, acariciando cada parte de su piel, sintiéndola suave y no áspera, como la de Georg, los besos del artista le hacían sentir de maravilla, ¿En qué momento Tom se había vuelto tan bueno en el sexo? Aunque...

¿Era sexo solamente? Quiso alejar al mayor y salir huyendo, pero no lo hizo.

«Si pudiera regresar en el tiempo... Posiblemente no lo haría» murmuró de repente, Tom suspiró, besando sus labios.

«Todo se va a caer» dedujo, dejando que el silencio volviera a ganar espacio.

Pronto las caricias comenzaron a ganar espacio, la camisa de Tom terminó en el suelo, y la remera de Bill no tardó en acompañarle, el tatuado comenzó a frotar las erecciones por sobre la tela del pantalón, las manos de Tom estaban puestas sobre las caderas del menor, el pantalón de Bill ya estaba desabrochado, sus cuerpo sudaban a causa del sofá de piel, todo era malditamente caliente.

Y el hecho de que sus parejas estuvieran arriba, charlando, solo lo volvía más riesgoso, que Leni y Natalie estuvieran jugueteando por el lugar incrementaba el hecho, y les gustaba, porque a fin de cuentas..

¿Qué era del amor sin peligro?

Porque ese calor en el pecho, ese placer al besarse... No podía significar otra cosa que no fuera la primer vuelta de amor.

Tom bajó los jeans de Bill hasta los tobillos, para luego subir a base de besos,
lamiendo y deslizando su lengua a través de las piernas del tatuado, disfrutando de cada jadeo, incrementando el volumen, sintiendo las manos de Bill aferrándose a su cabello,la respiración del menor comenzaba a hacerse más brusca, el moreno subió la mirada, grabando la expresión del muchacho en su memoria: con las mejillas sonrosadas, susurrando el nombre de Tom periódicamente.

El artista terminó de subir por el vientre del universitario, besando sus pezones para luego terminar en sus labios, las manos de Bill buscaron a tientas el borde de los pantalones de Tom, bajándolos para luego usar sus tatuados dedos en torno a la erección que experimentaba el mayor.

«Házlo ya, Tomi, házmelo» susurró el blogger, haciendo que la polla de Tom pulsara, el mayor no esperó más, tomó la cintura del chico, quien abrió sus piernas un poco más, soltando un leve gemido de dolor al ser penetrado por el artista.

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