hombre arrogante (suleiman y tú) (Alessandro)

capítulo 25

Caos en el corazón y nacimiento.

Narra omnisciente.

La furia de la peli-roja no habia secado y se sentia más rota, Suleiman le habia confesado que no la amaba más y solo la veia como la madre de sus hijos, al igual que Mahidevran tenia que afrontarse con la madre sultana por haber invitado aquel par de piedras en su zapato, la madre sultana estaba junto a su hija conversando y sus nueras escuchaban, atentas a lo que las sultanas de sangre conversaban, cuando la puerta se abre de golpe sin ningun anuncio sin permiso se abre dejando a una peli-roja con los ojos rojos con un poco de lagrimas, y el ceño fruncido, con una mirada feroz, hizo una reverencia mirando a la madre sultana con seriedad.

La madre levanto una ceja, como aquella concubina le faltaba el respeto a ella la madre del sultán, la que dirige el harén la que acepto que fuera a los aposentos de su hijo y ahora le faltaba al respeto por sus celos tontos, por la humillacion de la realeza sin duda ella era un grosera.

-¿que sucede como entras sin permiso, sin una invitación, que esta insolencia?-dijo la madre sultana enojada, mirando la-.

Hatice miro cada detalle del rostro de la sultana, se notaba el dolor pero por que, sabía que algo había sucedido cuando el príncipe salió necesitaba saber más.

-mi querida madre, mi querida sultana Hatice quiero hablar con ustedes a solas-dijo la de ojos verdes, y de mirada profunda-.

Las castañas se miraron entre si, acaso la madre sultana les iba a pedir que salieran con la demente que era la peli-roja.

-sultana Mahidevran, señorita Gülfem por favor-dijo la mujer mirando a las nombradas-.

Las concubinas se miraron entre si y luego miraron a la madre sultana, que esta solo asistió ambas resignadas se levantaron de donde estaban sentadas e hicieron una reverencia y se retiraron de los aposentos.

-que te sucede, te escucho-dijo la madre sultana bastante enojada con la situacion y la rabieta que estaba asiendo la mujer-.

-querida madre le he dado cuatro nietos, tres de ellos con varones, son príncipes de la dinastia, pero aun asi usted se empeña en humillar me, en denigrar me-dijo ella mirando la desde arriba, su mirada no se suavizaba-.

-Hürrem estas fuera de lugar, cuida tu lenguaje enfrente de la madre sultana-dijo la sultana Hatice enojada con la actitud de la concubina, sabia que estaba enojada con ella, pero esto estaba rebasando la copa-.

-no estoy fuera de lugar, ustedes me lo recuerdan cada día-dijo la mujer mirando a la sultana de sangre-.

-cual es tu problema, por que estas tan furiosa-dijo la madre con dudas y con un tono un poco humillador preguntando, por que ella sabia perfectamente la respuesta es los  hermanos Castilla-.

-invito a ese par a proposito, me menos desprecia me queria ridiculizar -dijo la peli-roja frunciendo su nariz con fuerza-.

-cállate, nadie te queria ridiculizar, además estas hablando del esposo del sultán, cuida tus palabras-dijo la sultana Hatice-.

-dejala Hatice, veamos que tiene que decir-dijo la Valide tomandole la mano a su hija dandole consuelo a la estresante situacion-.

-nunca me ha respetado, si he cometido errores se deben por mi amor al sultan, usted siempre me trato como su enemiga, ¿que echo, cual es mi delito?, ¿es por que estoy enamorada de su hijo? o es ¿por que lo amo con locura?, ahogo todo lo posible para hacerlo feliz-dijo la mujer con dolor en su voz-.

La madre sultana la miraba con seriedad tantas cosas pasaban por su cabeza tantas cosas para responderle, las ganas de mandarla a decapitar pero ya no tenia ese poder en ella.