Capítulo 11

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El demonio se encontraba recostado con su espalda en el tronco de uno de los árboles, y su cabeza apuntando al suelo.

Ha perdido mucha sangre.

Pensó, observando la manga de su kimono la cual se había teñido de un rojo intenso.

- Debe... debe dolerte mucho - pronunció, temerosa.

- Ella está con Inuyasha, ¿no es así? - respondió sin levantar la mirada.

¿Se refiere a Kikyo?

- Ya veo - desvió la mirada - También estás interesado en ella - no obtuvo respuesta - ¿No se supone que eres el hermano de Inuyasha?

- Sabía que se trataba de ti.

- ¿He? - se sorprendió.

- Tu olor es diferente al de esa sacerdotisa.

- Entonces... ¿de verdad me estabas llamando? - se acercó, arrodillándose frente a él - No te ves bien.

Él no respondió.

Se ve... diferente... ¿vulnerable tal vez?

Metió su mano en el bolsillo de su falda, sacando una medicina que Kikyo le había entregado para el dolor.

- Ten - extendió su mano - Te ayudará contra el dolor... aunque no se si funcionará en demonios.

- Hm - levantó el rostro, encontrándose con los ojos castaños de la mujer - ¿De verdad crees que necesito eso?

- Acabas de perder un brazo - dirigió su mirada allí - Supongo que debes sentir...

- Soy un demonio... mi cuerpo no necesita de esas cosas tan débiles.

Es igual de hostil y obstinado que Inuyasha... no me sorprende que sea su hermano.

- Comprendo - sonrió levemente, ante la atenta mirada de él - Supongo que estarás más tranquilo solo - se puso de pie.

- Puedes quedarte - expresó con seriedad.

¡¿Qué está diciendo?! ¡Hace unas horas trató de matarme!

- ¿He? - lo miró confundida - Debo recordarte que hace unas horas...

- No iba a matarte - respondió sin mirarla.

- Entonces... ¿Cuál era tu intención? - se sentó a su lado.

Él desvió la mirada, dejando en claro que no le interesaba responder a su pregunta.

Ambos permanecían en silencio, sin embargo no se sentía incómodo, por el contrario se sentía reconfortada con su presencia.

- ¿De dónde eres? - preguntó de repente.

- ¿Perdón?

- Tu vestimenta... no pertenece aquí - la miró.

- Bueno... es difícil de explicar - suspiró - Pero... digamos que vengo de un lugar muy lejos.

- ¿A que has venido? - miró al frente.

- Quisiera saber lo mismo - su mirada se torno triste - De hecho... no me agrada mucho estar en este lugar. - él no respondió.

- ¿Qué hay de ti? - lo miró - Eres el hermano de Inuyasha, pero... lo odias, ¿Por qué?

- Eso no es asunto tuyo.

- De acuerdo - abrazó sus rodillas - Que carácter - dijo entre dientes.

- Te gusta Inuyasha, ¿no es así? - preguntó.

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