Caminó, atravesando el bosque en dirección a la aldea mientras sus sentidos se encontraban alerta ante la posibilidad de cualquier ataque.
- Shippo - miró al niño por sobre su hombro - Si ves que las cosas se complican, huye.
- Kikyo - murmuró - ¿Qué sucede?
Puedo sentir la presencia de un fragmento de la perla de Shikon... y está muy contaminado.
Entrecerró sus ojos, tratando de ocultar la preocupación en su rostro.
Mientras tanto, en aquella zona del lugar Kotatsu seguía deslizando su pincel por aquella hoja de pergamino, elevando su mirada, encontrándose con los ojos de Rin con la finalidad de simular que verdaderamente estaba pintando su retrato.
Sólo... unos pequeños detallitos más y serás mía.
En ese momento una flecha atravesó la hoja, desintegrándola por completo.
- ¿Una flecha sagrada? - murmuró - Pero... ¿Quién? - volteó.
- Señorita Kikyo - susurró Rin, observando a la mujer aún con su arco empuñado.
- ¡Rin! - el zorrito corrió en su dirección, saltando a sus brazos mientras ella se ponía de pie.
- ¿Quién eres tu? - preguntó, manteniendo una seria expresión.
- Soy... soy... Kotatsu - se puso de pie, notablemente nervioso - Lamento si mi presencia la incomoda.
Es un simple humano... no emana ningún tipo de energía demoníaca, pero...
Desvió su mirada a la cantimplora, observando el brillo del pequeño fragmento, sin embargo no se pronunció al respecto.
- ¿A que has venido a esta aldea?
- Sólo soy un simple pintor que viaja de aldea en aldea, cambiando mis humildes dibujos por un poco de comida u posada.
- ¿Dónde conseguiste la tinta?
- He realizado trabajos grandes a cambio de ella.
Vaya... esta sacerdotisa, además de ser inteligente, es muy hermosa... incluso más que esta niña.
- Rin, llévate a Shippo de regreso a la aldea... los alcanzaré.
- De acuerdo - asintió, brindándole una última mirada al hombre, quien le sonrió.
- Lamento haberla asustado, señorita.
- Descuide - comenzó a correr, con el niño en brazos.
- Ahora es libre de decirme la verdad.
- ¿A que se refiere?.
- Sé que me está mintiendo, al menos en parte de lo que dijo... esa tinta no es normal.
El hombre entrecerró sus ojos ante su comentario, tomando la cantimplora en sus manos.
- Sólo es... tinta.
- Entrégame el fragmento de la perla... y podrás irte en libertad.
¿Cómo supo que tengo el fragmento allí?
- Lamento decepcionarla, hermosa sacerdotisa... pero no esta en mis planes apartarme de el por el momento.
Abrió su carpeta, liberando uno de los demonios que había plasmado en el papel. La enorme serpiente poseía un cuerpo completamente rojo, al igual que sus ojos, cuernos en su cabeza y espinas en su cuerpo. Lanzó la primera bocanada de fuego, provocando que la mujer retrocediera y lanzara su flecha, desvaneciendo su ataque.
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Destino
Fanfiction¿Qué pasaría si Kagome viaja a la época antigua en el momento en que Kikyo sigue con vida? *Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Rumiko Takahashi. *La portada que ilustra esta historia fue creada por la artista Hullo Yokai...