Capítulo 33

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- Joven Miroku - murmuró Kagome paralizada por el miedo - ¿Qué sucede?

- El conjuro... - respondió en el mismo tono - Ha despertado... ha despertado a su sangre demoníaca.

¿Sangre demoníaca?

El peliplata se puso de pie sin apartar los ojos de la sacerdotisa mientras una macabra risa abandonaba sus labios y extendía su mano, mostrando sus largas y filosas garras.

- ¿Piensas que te tengo miedo? - pronunció con seguridad, empuñando su arco - Ésta vez no tendré piedad por ti.

- ¡Kikyo! ¡No lo hagas!

Inuyasha miró a la joven en ese instante, como si algo en su voz hubiera llamado la atención.

Kagome.

Su cabeza palpitó dos veces, provocando que llevara sus manos a sus cienes, tratando de calmar aquel dolor punzante que retumbaba en su interior.

- No es el momento - gruñó, volviendo sus ojos de fuego a su oponente.

- ¡Inuyasha! ¡Por favor...!

Hizo caso omiso de sus palabras y se lanzó sobre la mujer, quién disparo su fecha, la cual se incrustó en su brazo derecho, sin embargo no impidió su avance.

- ¡Maldito! - rápidamente lanzó otra que se incrustó en su hombro.

Pudo sentir el aire acariciar su cuello, debido al manotazo que él lanzó, el cuál la hizo retroceder.

¿Falló a propósito?

Pensó, notando la casi imperceptible rigidez de su brazo al realizar el movimiento. El hanyo cayó de cuclillas, quitándose ambas flechas y volvió a mirarla mientras sonreía.

- ¡Inuyasha! ¡Detente! - volvió a gritar Kagome, dando un paso en su dirección, sin embargo Miroku la detuvo.

- ¡No se acerque! - la sostuvo del brazo - O él puede tratar de lastimarla... su lado demoníaco está furioso.

- ¡Necesito regresarlo a la normalidad!

Pero... ¿cómo?

La miko se cubrió con un campo de energía debido a los recurrentes ataques que él trataba de realizar.

- ¡Garras de acero! - clavó sus uñas en el campo haciendo presión, sin embargo tuvo que alejarse - Maldita bruja... ¿Qué clase de conjuro utilizas? - volvió a sonreír - No me interesa... ¡Porque lo destruiré! ¡Garras de fuego!

Aquel ataque logró que la mujer se pusiera de rodillas, tratando de mantener su campo de protección.

Sus ataques... consumen mi energía... ¿por qué?

Frunció el entrecejo, tomando su arco y lanzando una nueva flecha con la intención de alejar al híbrido. El arma se incrustó en su haori, logrando su objetivo.

- ¡Maldita! - gruñó - No escap...

- ¡Inuyasha! - Kagome lo rodeó de atrás con sus brazos - ¡Inuyasha, por favor, reacciona!

Profesó un sonoro gruñido mientras tomaba su cabeza con sus manos y aquellas imágenes en dónde él se encontraba con la morena, comenzaron a invadir su mente.

Eres una gran persona Inuyasha... no necesitas convertirte en humano para ser bueno... eres genial así... tal y como eres

- Kagome - su voz se escuchó normal.

- Inuyasha - murmuró, abriendo sus ojos ampliamente - ¿Realmente eres tú?

- Aléjate.

- ¿He? Inuya...

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