Capítulo 32

41 6 2
                                    

Mediodía

- ¡Mire! - pronunció sonriente - Ahí está la aldea.

- Bueno, al parecer ese yokai llamado Sesshomaru tenía razón - se paró a su lado, observando - Parece un lugar agradable.

- Lo es - su tono se oía entusiasmado - Le aseguro que le agradarán mucho sus habitantes, sobre todo quienes convivan conmigo - comenzaron a descender la pequeña colina en la que se encontraban parados - Shippo es un pequeño yokai zorro, es adorable - unió las palmas de sus manos - Rin es una jovencita que llegó hace poco tiempo, es muy dulce y una gran compañía... luego está Kaede, ella es muy inteligente y madura, es la hermana de Kik... - detuvo su plática abruptamente.

- La señorita Kikyo - terminó por ella - La sacerdotisa que la expulsó de la aldea.

- Si... es ella - su ánimo descendió abruptamente.

- ¿Puedo hacerle unas preguntas?

- ¿Unas preguntas? - lo miró sorprendida.

- Recuerdo que usted me comentó todo lo que había sucedido, desde su llegada repentina a esta época, hasta que abandonó este lugar - sonrió - Pero... creo que pasó por alto algunos detalles.

- ¿A que se refiere? - se sonrojó, mirando al frente.

- Cuando el acompañante de Sesshomaru apareció, se refirió a usted como la mujer de Inuyasha, ¿él es su esposo?

- ¡¿Esposo?! ¡No! - colocó ambas manos en su pecho - Nosotros... bueno... pensábamos en... comenzar algo, pero...

- Comprendo, no es necesario que me lo explique, de igual manera hubiera entendido si lo hubiera ocultado... los hanyos no son bien visto entre los aldeanos.

- ¿Y para usted?

- Me entrenaron para respetar y ser considerado con cualquier forma de vida independientemente de su apariencia.

- Bueno, me alegra oír eso - suspiró - ¿Cuál es la otra pregunta? Dijo que tenía algunas...

- ¿Cuál fue el motivo por el que la sacerdotisa llamada Kikyo la desterró de la aldea? Una mujer como ella debería poseer una alma noble y compasiva... el motivo debió ser muy fuerte para que ella tomara esa determinación.

La morena suspiró mientras sus ojos comenzaban a temblar al recordar los últimos meses de su vida.

- Cuando llegué aquí, Inuyasha iba a usar la perla de Shikon para convertirse en humano y... comenzar una vida junto a Kikyo.

- Oh - abrió ligeramente sus ojos.

- Pero... él y yo, bueno... comenzamos a conocernos, ya que el pozo sólo me permitía regresar a mi época en su compañía - apretó el agarre en los tirantes de su mochila - Y... él decidió decirle la verdad a Kikyo y así... podríamos estar juntos, pero...

- Naraku intervino - terminó por ella.

- Así es... entonces fui yo quién le dijo la verdad a Kikyo... la noche en la que me echó.

- Entonces fue expulsada por un motivo personal - suspiró - Eso no es correcto, nuestro entrenamiento es claro, sólo debemos tomar ese tipo de decisión cuando el poblador representa un verdadero peligro para la aldea, sin embargo no hay una pizca de maldad en los poderes que usted posee.

- Aún así... - miró el cielo, mientras la brisa del mediodía acariciaba su rostro - La comprendo... antes que sacerdotisa es humana...

- Es usted una mujer noble, señorita Kagome - sonrió.

DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora