Camino con la vasija en mis manos, buscando a Anthony en la oscuridad del bosque. Siento que cada vez me adentro más en este y ya luego no podré salir. No sé cuánto tiempo he caminado, pero siento que esto es infinito.
―A... Anthony. ―Mis labios tiemblan y miro para todos lados―. ¿Uxío? No es divertido, tu plan funcionó, pero me dejaste.
Tengo mucho miedo.
Cierro los ojos con intensidad y me abrazo en el suelo a llorar, mientras agarro la vasija con fuerza. Noto un pequeño reflejo, así que vuelvo a abrir mis párpados. Me limpio las lágrimas al ver una luz.
―¿Anthony?
Me levanto, entonces sigo el camino luminoso. Me encuentro con un árbol enorme, muy bonito, sus flores son como luces brillantes. Tiene una abertura, entonces me adentro allí. Bajo la vasija, la apoyo sobre un hongo de gran tamaño. Parece como una casita de cuentos de hadas.
¡¡Un palacio dentro de un árbol mágico!!
Aunque las paredes de madera palpitan como un corazón. Todo es tan raro, no sé si emocionarme o asustarme. Los destellos me confunden.
―¡¡Anthony!! ―chillo cuando lo veo.
Sus ojos siguen extraños, continúa igual, y no formula ni una sola palabra.
―¿Hola? ―Me le acerco, entonces muevo mi mano en frente de su cara―. Lo siento, no quise... ¡Auch! ―chillo cuando me agarra con fuerza los dedos―. Me lastimas... ¡Oye! ¡¿Qué haces?! ―Me sonrojo cuando acerca su rostro al mío de una manera brusca―. ¿Anthony?
―Lisette ―murmura.
―Sí, sí... soy yo. ―Me siento un poco acorralada―. Al fin hablas. ¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?
―Lisette ―repite, entonces siento su boca en mi cuello.
―¡¡Oye, te estás pasando, cochino, desvergonzado!! ―Siento sus manos en mi cintura y de repente mi trasero cae sobre uno de esos grandes hongos, y hasta me sorprende que sea cómodo―. ¡¡Un segundo!! ―chillo―. ¡¿Dónde estás tocando?! ¡¡Así no me dijeron que era El Carroñero!! ―Subo el escote que me bajó de la nada―. ¡¡Sucio, marrano!!
Le pego varios cachetazos en la cara, hasta que uno le resetea todo el cerebro, porque es tan fuerte que termina cayendo y golpeándose en el piso.
―¡¿Pero qué mierda?! ―grita, sentándose, de manera abrupta, luego observa para todos lados, rápido y confundido―. ¿Dónde estamos?
―¡¡Anthony!! ―chillo y me levanto feliz a abrazarlo―. ¡¡Eres tú!!
―¡¿Qué pasa?! ―exclama, sobresaltándose.
―¡¡No puedo ocultártelo más, Uxío me dijo que no te lo dijera, pero esto está demasiado raro, eres El Carroñero!!
―¿De qué estás hablando, Lisette? ―Alza una ceja, luego se levanta del suelo y me agarra la mano, para que lo haga también―. ¿Por qué dejas esto por ahí? ―Camina y toma la vasija.
―El Carroñero es una criatura que caza demonios ―explico―. Los mataste a todos porque hice que despertara en ti. Se supone que no debo decírtelo, pero Uxío se fue y...
―No me fui. ―Aparece de la nada y ambos chillamos, asustándonos―. Su aparición bloqueó mi conexión contigo.
―Uxío ―gruñe Anthony, ya que al fin lo dejó verlo―. ¿Se puede saber qué es todo esto?
―Yo tampoco lo sé, no tengo idea por qué casi te la follas en ese hongo. ―Señala el lugar donde me estuvo besando.
―¡¡Ah, lo viste!! ―Me tapo la cara―. ¡¡Qué vergüenza!!
―¡¿Qué yo qué?! ―exclama mi marido.
―¡¿Cómo que no te acuerdas, cochino?!
Anthony bufa y decide argumentar algo lógico:
―Supongo que tendremos que hablar con mi falso padre antes de que me acusen de cosas raras que no comprendo.
Tiene sentido para mí.
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Cómo me río cuando Uxío aparece de repente y todos gritan 😂💖
Y El Carroñero en vez de ser asesino es cochino JAJAJA
