Epílogo

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Anthony

Tiempo después.

La casa está en remodelación, no queremos nada que ver con lo que fue. Los recuerdos de todo lo ocurrido, ya no estarán más. Se ha reconstruido todo para crear nuevas y mejores experiencias. Lo curioso es que hasta tengo despacho propio. Camino hasta este, pues tengo un cliente que atender. Me adentro en mi oficina, entonces saludo al interesado en verme.

―Cainán Done.

El castaño se da la vuelta a mirarme.

―Anthony Nikolav ―expresa, serio.

Avanzo hasta él, pero no me estrecha la mano.

―Entiendo que, en el pasado, intenté dispararte a ti y a tu pareja, pero espero que no vengas a vengarte por eso, ya que fue obra de mi falso padre.

―Sin rencores. ―Mantiene una cara fría y de póker.

―¿A qué debo el honor de tu visita?

―Negocios.

―Escucho. ―Asiento.

Su personalidad cambia de manera muy repentina y la persona rígida que tenía delante, ahora tiene más movilidad y actúa de manera más espontánea. Llevo entendido que este demonio tiene dos formas de ser, denominadas A y B. Se gira, camina campante, da un saltito y se sienta sobre mi escritorio, como si nada, haciendo una gran sonrisa.

―Este trabajo debe ser muy simple para El Carroñero, jefe de la actual mafia que hay ahora en Norville. ―Hace una risilla―. Pagaré mucho por esto.

―Cuánto misterio.

Se baja, se acomoda la corbata, se vuelve serio otra vez y camina hasta mí con su porte de empresario. Ahora él me ofrece su mano.

―Quiero que asesines a Atrell Scarman, ¿trato?

Enarco una ceja.

―¿El demonio que es cura?

Levanta la mano y le vuelve el entusiasmo.

―Es el encargado de destruir el amor entre demonios y humanos. Comprenderás que yo no quiero que lastime a mi comida podrida, pero enfrentarse a él es cosa compleja, aunque no para El Carroñero. ¿Aceptas?

―Mientras la paga sea buena.

―Ah, sí, es muy buena. ―Al fin estrechamos las manos, entonces se aproxima a mi oído―. Pero, te lo advierto, si fallas, encontraré la forma de despedazarte. ―Se aparta, manteniendo la sonrisa, entonces me da dos palmaditas en el hombro.

Sonrío con confianza.

―¿Estás amenazando a quien te va a ayudar?

―Mil disculpas. ―Su compostura y cara de póker regresan―. B es algo impulsivo. Sé que este trabajo, se hará con efectividad.

―No se preocupe, me encargaré de Atrell Scarman.

Pureza EngañosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora