37: Obsesión de la infancia

252 19 0
                                    

Lisette

―¿Estás segura de esto? ―pregunta mi marido.

Observo la puerta transparente del restaurante. He acordado una cita con Kireya Larsh. Al principio su agente me la negó, pero cuando ella supo, quiso acordar este encuentro, aunque me pidió que fuera sola, así que mi esposo debe esperar afuera. Vuelvo a mirarlo, luego de pensarlo.

―Sí, tranquilo. ―Sonrío―. Además, Uxío viene conmigo.

Anthony frunce el ceño.

―¿Y eso cómo me tranquilizaría?

―Ya te dije, él quiere protegerme. ―Hago una pausa―. Bueno, lo que cuida es su vida, así que no es nuestro enemigo.

―Claro que sí, te quiere llevar al infierno ―me recuerda.

Me río.

―Sí, pero no puede obligarme, así que es inofensivo.

Refunfuña, pero no acota nada más. Tomo aire para suspirar y adentrarme en el restaurante. El fantasma camina detrás de mí, poniendo sus manos en los bolsillos. Una vez adentro, observo a todos lados buscando a la mujer. He de suponer que es la que está bebiendo un té, incluso aunque sea un demonio, ya que asumo que disimula, sin contar su despampanante presencia. Sé que es una supermodelo, así que entiendo el porte que representa su bella imagen. Estoy impresionada.

―¿Es...? ¿Es la pelirroja? ―Me quito las dudas, preguntándole a Uxío.

―Sí ―se limita a responder con ese tono sombrío y particular que él tiene, luego comenta con la misma energía―. No sé por qué estás aquí.

―Podemos ser personas civilizadas ―exclamo con la cabeza en alto, demostrando orgullo de mis acciones―. Quizás podamos llegar a un acuerdo.

―Sí, claro ―dice con sarcasmo―. La demonia obsesionada que quiere matarte va a tranquilizarse solo porque se lo pidas, qué inocente.

―Vale la pena intentar. ―Muevo los hombros sin importancia.

Avanzo hasta la pelirroja de bucles despampanantes, escote prominente, tapado blanco de piel y su vestido combina con su cabello. Es incluso más hermosa de cerca, aun así, su mirada amargada la hace ver como una persona triste. Supongo que cuando modela finge sonrisas o me odia tanto que le saco la felicidad con mi presencia.

Relájate.

―Em... ―Trago saliva―. Hola.

Sus ojos miel se giran hacia mí, luego muestra una gran sonrisa que expone falsedad. Gracias a su gesto, no sus ojeras. Están maquilladas, pero solo las ves si les prestas mucha atención.

―Siéntate, querida.

Hago lo que me pide en la silla de delante de ella.

―Supe que Uxío es tu amor de la infancia y que lo quieres de regreso ―comienzo sin dudar―. Pero desea descansar en paz, así que me sugirió que te diga que no lo intentes.

Ya que iba a venir sí o sí, mi compañero fantasma propuso esta aclaración, para que apeláramos a la obsesión de ella por él. Uxío no cree que funcione, pero como me determiné a estar frente a Kireya, al menos decidió darme un argumento contundente, así que lo apliqué.

―¿Está contigo? ―Se sonroja―. ¿Ahora?

―Sí, hace poco empecé a oírlo.

Pureza EngañosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora