Capítulo 27

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Guillermo soltó un suspiro al levantarse de aquella cómoda silla, su nombre había sido llamado y el hermano de Lionel esperaba por él dentro del consultorio.

Entró con una expresión serena, viéndolo escribir algo a mano en una hoja blanca.

—...¿Pasó algo?

—... En realidad sí... —Se rasco la nuca y sentó cuando el otro hizo un ademán para que lo hiciera.

—¿Problemas con tu corazón nuevamente por anudarlo sin querer?

—No, lo anude otra vez, bueno, varias veces—Luis tomó una respiración profunda y soltó el bolígrafo, girando a ver al otro alfa.

—¿Cuántas?

—... Unas seis veces en estas últimas dos semanas. Totalmente queriendo.

—¿Te ha provocado morir o te surgió 𝑢𝑛 𝑖𝑛𝑠𝑡𝑖𝑛𝑡𝑜 𝑠𝑢𝑖𝑐𝑖𝑑𝑎 en este tiempo? —Cuestionó con ironía, viéndolo sonreír.

—Bueno, sí es en brazos de Lio no tengo problemas, pero no vine por eso.

—Gracias por la imagen mental, Guillermo—Se quejó, soltando un suspiro—. Entonces, ¿Qué sucede?

—Dos cosas; uno, ¿Estoy en capacidad de pasar el celo con Lionel? —Levantó un dedo antes de levantar otro—. Y la otra, es que mi jefe desea algo que pueda comprobarle que mi corazón está lo suficientemente sano como para aguantar un viaje en avión.

—Lo del celo no lo creo, pero lo del avión sí. Ven, vamos a revisarte—Guillermo lo siguió con un mohín, viendo como el mayor realizaba los exámenes en silencio.

—¿No podría? ¿En serio? —Cuestionó mientras seguía las indicaciones del mayor.

—¿Lo del celo?

—Ajá.

—Hmm... ¿Cómo va el tratamiento de Lionel? —Guillermo arqueo una ceja, ahora que lo mencionaba, siempre lo veía tomar una píldora a la misma hora todos los días—. Y, otra cosa, ¿Cómo te has sentido tú? Luego de todos estos abotonamientos, ¿Algún desmayo? ¿Cambios en tu energía? ¿Quizás algo que anteriormente no sucedía?

—He estado algo cansado estos días, pero es por el trabajo. —Suspiró con amargura—. Estoy trabajando muchas más horas y ando de aquí para allá. Tampoco he estado durmiendo muy bien.

—Sí lo has estado anudando sin parar no estás tan cansado como deberías—Comentó, colocándose el estetoscopio en el cuello—, estás bien, el electro también está bien. Así que te daré la orden para que viajes.

—Gracias.

—... Y, ¿Estás seguro que no te sentías mal luego de anudarlo?

—La segunda vez que pasó algo estoy seguro de que me desmaye, pero no lo había anudado, el día que lo hice si amanecí al otro día como nuevo, las demás veces solo he quedado con la cabeza ligera...

—El último día.

—¿Qué?

—Sí vas a tocarlo sin marcarlo que sea el último día de su celo, porque sí lo tocas con su omega a flote va a drenarte.

—¿Y si lo marco?

—Sí lo marcas no habría necesidad de esperar tanto, el lazo te dará la estabilidad—Guillermo se mordió los labios y asintió, recibiendo la orden en sus manos—. Aunque, pensé que habías dicho que querías casarte primero.

—Ustedes se cuentan todo, huh—Luis sonrió levemente, al juguetear con un bolígrafo—, voy a buscar el anillo hoy. Planeo dárselo esta noche, así que necesitaba una excusa para estar fuera de la oficina y poder ir a la joyería por él.

RUMORES [𝐀𝐃𝐀𝐏𝐓𝐀𝐂𝐈𝐎́𝐍/𝐌𝐄𝐂𝐇𝐎𝐀]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora