—¡Lionel Messi! —El omega dio un salto en su lugar, alzando la mirada de su lugar y encontrándose con la expresión furiosa de su padre—. ¡¿Por qué no me habías dicho nada?!
—Acaba de vomitar todo su desayuno, Jorge, déjalo reposar un rato—La expresión de su padre decayó, acercándose para sobar su espalda con delicadeza—. Además, llegó todo empapado del trabajo.
—¿Empapado...?
—El sistema de regado del edificio se averió, nos evacuaron a todos, al parecer algo ocurrió con unas tuberías y no podremos trabajar hasta que reparen el daño—Suspiró, con la frente apoyada en el mesón—. Diosa, ya vomite todo... ¿Por qué tengo náuseas todavía?
—Cielos, Leo... ¿Quieres que te busque algo? —El omega negó, aún con el estómago revuelto, habían pasado dos días desde que se había enterado de su embarazo y parecía que los síntomas finalmente habían visto la luz—. En serio, Leo, ¿Por qué no me habías dicho nada?
—Lo siento, papá, no me he sentido bien estos días y llego muy cansado del trabajo... —El omega mayor negó, acariciándole la mejilla—, aunque le dije a mamá, ¿Ella no te dijo nada?
—No, me lo dijo fue Luis, Ney dijo que vendría a visitarte pronto.
—... ¿Agua? —Natalia le mostró el vaso a Lionel y este asintió levemente, tomando un pequeño sorbo—. Eso, tranquilo, esto es solo momentáneo, cariño. Con Memo también me pasó eso.
—Espero que no duren tanto, me siento realmente cansado. —La omega le pasó una mano por el cabello, esperando que la caricia ayudara a calmarlo.
—¿Y el médico no te dio algo para estos casos?
—Lo acabo de vomitar también—Suspiró—. Y antes de que preguntes, Ciro está con Emiliano y su madre, dijeron que lo llevarían al parque y regresarían en la tarde.
—¿No le has dicho a Memo todavía?
—No, se lo diré cuando llegué.
—Le dije que podíamos salir a comprar algo, para que se relaje y de una vuelta—Jorge asintió, mientras el omega menor se levantaba de su asiento—. Es bueno para los dos, ¿Por qué no nos acompaña, Jorge?
—Voy a cambiarme—Lionel caminó hasta la habitación de Guillermo, tomando una camiseta y un abrigo del alfa. Abrazó la tela contra su pecho, el aroma que desprendía la tela mejorando su ánimo casi de manera instantánea. Busco uno de sus pantalones en la ropa que había llevado y se vistió, caminó hasta el baño y se lavó la cara, observando su pálido reflejo en el espejo—. Estás siendo realmente duro con tu papi, dale un descanso, ¿Sí? —
Acarició su plano vientre con una sonrisita y salió, encontrando a su padre y a su suegra conversando.—Puede comprar cosas en colores neutros.
—Por ello, blanco, amarillo, verde y morado.
—¿De qué están hablando? —Preguntó al tomar el vaso de agua que había y tomándose el resto.
—Le estaba diciendo a Natalia sobre que podemos ir comprando—Comentó su padre con una sonrisa, viéndolo caminar hasta el fregadero y posar el vaso—. ¿O aún no quieres?
—... No lo sé, podemos ir y ver primero.
—Déjenme ir por mi móvil para que vayamos yendo.
×
×
×
—¿Finalmente decidieron dar el paso para la creación de la nueva sucursal? —Guillermo asintió levemente, estrechando la mano de aquél español—. Por supuesto que cuentan con mi apoyo, he querido ver este proyecto materializado desde hace mucho. Parece que lo que realmente necesitaban era el cambio de presidente, ¿Cuando podré conocerlo?
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RUMORES [𝐀𝐃𝐀𝐏𝐓𝐀𝐂𝐈𝐎́𝐍/𝐌𝐄𝐂𝐇𝐎𝐀]
FanfictionFrancisco Guillermo Ochoa Magaña es un alfa soltero, director general de una de las más grandes empresas de México a sus cortos veinticuatro años de edad, que vive estresado por los rumores que se crean a su alrededor como para preocuparse por busca...