Jeff
El humo de mi té se eleva en una espiral lenta, formando una pequeña nube que se disuelve en el aire sobre mi vaso. Debería sentir su calor, debería saber que está allí, reconfortándome como lo hacía antes, cuando las cosas eran diferentes, cuando aún creía en algo. Pero últimamente, es como si mi piel se hubiera vuelto impermeable al mundo, como si hubiera un vidrio invisible que me separa de todo lo que solía tocarme el alma. Es como si cada rincón de mi ser estuviera congelado, atrapado en una niebla espesa que no me deja sentir nada. Me quedo observando ese té, tan cálido en apariencia, pero incapaz de traspasar el muro que mi corazón ha levantado.
Charlie se sienta frente a mí, sus ojos fijos en los míos, buscando algo, tal vez un atisbo de vida o de reacción. Su preocupación es palpable, como si pudiera sentir el peso que llevo sobre los hombros. "Jeff, lo bloqueaste, ¿verdad?" Su voz es suave, cuidadosa, pero está cargada de una tensión que no puedo ignorar.
Asiento con un movimiento apenas perceptible. "Lo hice..." mi voz sale en un susurro, temblorosa, casi inaudible. Es como si estuviera arrastrando las palabras desde el fondo de un pozo oscuro. "Charlie, eres un alfa y, bueno... quería preguntarte algo," digo, tratando de encontrar sus ojos, buscando en ellos una respuesta que me dé paz, una que alivie esta carga que me aplasta.
Charlie no vacila; su mirada es firme y determinada. "No hay excusa," dice con una severidad que corta el aire entre nosotros, como una navaja.
"Ni siquiera he preguntado nada," intento defenderme, pero él no me deja continuar.
"Ser alfa no es una excusa para engañar a nadie," responde con una convicción inquebrantable. "Eso es una mentira. Quien te quiere, te respeta, te valora, te espera y te ayuda. No te culpa cuando él es quien comete el error." Su voz es un ancla que me aferra al suelo, a la realidad, a un mundo donde quizás todavía hay algo de esperanza, aunque sea pequeña y frágil.
"Pero yo... yo no estaba listo," balbuceo, sintiendo que mi voz se quiebra como una ramita seca bajo su peso. "Él dijo que era mi culpa porque tenía... necesidades," termino con un hilo de voz que apenas resuena en el espacio entre nosotros. Siento la humillación como una marea que me ahoga, como si estuviera hundiéndome en un mar de dudas y culpas que nunca pedí cargar.
Charlie niega con la cabeza, su rostro suavizándose apenas, pero su tono sigue siendo firme. "Jeff, eso es mentira. Las infidelidades nunca tienen que ver contigo. Puedes ser el más lindo, el más trabajador, el mejor novio... pero si alguien no sabe lo que quiere o no busca lo mismo que tú, y además no te tiene el mínimo de respeto, la va a cagar. Y eso no es tu culpa." Sus palabras son como un bálsamo en una herida abierta. Siento la crudeza de su verdad, como un rayo de luz que atraviesa las sombras en las que me he escondido.
Charlie se inclina hacia adelante, sus ojos buscando los míos "Cuando te haces novio de alguien, asumes el compromiso de cuidar el corazón de la otra persona. No es tu culpa que la otra persona sea un idiota sin responsabilidad afectiva. Lo hiciste bien. Dijiste 'no estoy listo' y no te obligaste a hacer algo que no querías, y luego dijiste 'no merezco esto y no lo quiero' y actuaste en consecuencia. Estoy muy orgulloso de ti. Así que deja de pensar que es tu culpa."
"Charlie..." susurro, mi voz temblando mientras las lágrimas empiezan a caer, suaves y silenciosas, rodando por mis mejillas como pequeñas corrientes en una tormenta silenciosa.
"Ven aquí," dice Charlie, levantándose y acercándose a mí. Me envuelve en un fuerte abrazo, apretándome con fuerza.
Los días pasan como sombras que cruzan un desierto sin fin, y aún así, la comida sigue sin tener sabor. Es como si todo lo que una vez fue color y vibración en mi vida se hubiera desvanecido, como un cuadro que se ha expuesto demasiado tiempo al sol. La música, que solía ser un refugio, ahora no tiene ritmo; suena vacía, hueca, como el eco de algo que alguna vez fue vivo. Los colores se ven apagados, como si el mundo se hubiera sumido en una eterna penumbra. Me despierto cada mañana esperando que algo cambie, que el dolor se haga más llevadero, pero el tiempo avanza lento, y el dolor sigue allí, una presencia constante que no me abandona.
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Destino o Casualidad (AlanxJeff)
FanfictionJeff, un omega introvertido y tímido, ha perdido la fe en el amor tras una traición devastadora. Durante un viaje solitario a la playa, asiste a una fiesta de disfraces donde conoce a un alfa misterioso, sintiendo una conexión única e inexplicable...