Marcar a un alfa

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Alan

Sabía que, a Jeff, al igual que a mí, no le gustaban las fiestas. Verlo esforzarse tanto por ayudarme, por hacerme quedar bien en un ambiente que claramente lo incomodaba, me dejaba atrapado en una encrucijada de emociones. Él había mencionado que esto era solo trabajo, y Jeff siempre había sido excepcional cuando se trataba de trabajo. Pero aún así, no podía evitar sentir cómo mi corazón se aceleraba, llenándose de una calidez desconocida cada vez que lo presentaba como mi esposo. No era solo una palabra vacía; era algo más profundo que me estremecía por dentro. Cada vez que nuestras miradas se cruzaban y él me dedicaba esa sonrisa tímida y dulce, una parte de mí quería aferrarse a esos pequeños momentos como si fueran únicos.

Y fue entonces cuando lo noté. Jeff siempre había sido increíblemente atractivo, pero esta noche... esta noche parecía brillar de una manera distinta. Más hermoso, más resplandeciente. Noté cómo los demás se giraban para mirarlo, en especial los alfas. Sus ojos no solo se posaban en él; se desviaban, casi con disimulo, hacia su cuello. Era como si estuvieran haciendo cálculos, como si vieran en esa piel sin marcar una oportunidad. "Casado, pero no marcado", seguramente eso pasaba por sus mentes. "Aún pueden separarse". Esa idea me revolvió el estómago. Una oleada de celos irracionales me invadió. Solo quería llevármelo de ahí, lejos de esas miradas codiciosas que lo devoraban. Preferiblemente, encerrarlo en mi habitación, donde nadie más pudiera tenerlo, donde solo yo pudiera verlo.

En algún momento, Jeff se excusó para ir al baño, aunque sabía que lo que realmente necesitaba era un respiro. El ambiente sofocante de la fiesta, las interminables presentaciones, todo le pesaba. Yo, por mi parte, intenté apurar todo para irnos pronto, pero Pete, quien al principio parecía cordial, se había vuelto aún más amigable, y me costaba cortarlo de manera educada. A pesar de haber presentado a Jeff como mi esposo, noté cómo algunos omegas se acercaban aún más que antes. Sus sonrisas eran libres, y sus feromonas flotaban en el aire, como si yo no tuviera ya a alguien a mi lado. "¿Cómo podían ignorar el hecho de que ya tenía dueño?" Supongo que es cierto lo que dicen, que atraes más personas cuando ya no estás disponible.

Empecé a preocuparme. Jeff había estado fuera por mucho tiempo. Me disculpé con Pete y me dirigí al baño para buscarlo. Mientras caminaba, un omega rubio de ojos claros, al que no le habría prestado la más mínima atención en otras circunstancias, murmuró algo que me detuvo en seco.

—A Jeff nunca le han gustado este tipo de fiestas. No debe ser fácil para él. Dale tiempo —dijo con un tono condescendiente.

Me giré, sorprendido, y lo miré fijamente. —¿Conoces a Jeff? —le pregunté, notando un ligero atisbo de incomodidad en sus ojos.

—Sí, éramos muy amigos. Por cierto, felicidades —dijo con una sonrisa que no llegaba a sus ojos—. Hiciste lo que todos los que conocíamos a Jeff creíamos imposible.

Fruncí el ceño, confuso. —¿Imposible?

El omega asintió. —Sí, imposible. Que lograra olvidar a su primer amor. Todos veíamos a Jeff como alguien que solo amaría una vez en la vida. Incluso Kluer.

Ese nombre resonó en mi cabeza como una bomba. —¿Kluer?

—Sí, su primer amor. Él todavía no sabe que Jeff está casado. No creo que lo tome bien. Él sigue pensando que solo se están tomando un tiempo. ¿Jeff no te ha hablado de él?

Su tono sonaba inocente, pero algo en su mirada me decía que había una intención oculta. Decidí no caer en el juego. —Evitamos temas innecesarios —respondí con una sonrisa forzada—. Lo que importa es que el primer amor no siempre es el verdadero. A veces, cometemos errores en el camino.

Noté cómo fruncía los labios, frustrado por mi respuesta, pero me giré antes de que pudiera seguir hablando. "¿Quién era ese omega?" Y lo más importante: "¿qué relación tenía con Jeff?"

Destino o Casualidad (AlanxJeff)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora