Confesión

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Jeff

Me quedo embobado, viendo la delicadeza con la que Alan trata mis heridas. El suave roce de sus manos sobre mis rodillas, que reposan en su regazo, es tan cuidadoso que, por un momento, el dolor deja de existir. Estamos sentados en su cama, en pijama, y el ambiente a nuestro alrededor es íntimo y cálido. La luz tenue del cuarto ilumina su rostro, resaltando sus rasgos suaves, mientras sus ojos se concentran en cada movimiento que hace al aplicar la solución antiséptica. A pesar del ardor en mi piel, su toque casi mágico lo transforma en algo soportable.

Respiro hondo, llenando mis pulmones con su aroma tan familiar, ese que me envuelve y me calma, pero que también me llena de nervios. Sé que Alan está esperando que hable, que cuente aquello que me ha pesado durante tanto tiempo, pero que he ocultado. Es el momento, pienso. Si quiero que esto funcione, si quiero tener una oportunidad real con él, debo ser honesto.

"Alan... yo... quedé huérfano a los 10 años," empiezo, sintiendo cómo las palabras se enredan en mi garganta. No es fácil. Él levanta la mirada por un segundo, su expresión cambia, se suaviza, como si supiera lo difícil que es para mí contarle esto. Su mano, cálida y firme, aprieta suavemente la mía en señal de apoyo. Me da el valor para continuar.

"Mi tío Erin y mi tía Suay se disputaron mi custodia legal, y al final, fue él quien ganó. Pero en realidad, nunca se preocupó por mí. A veces me miraba como si tratara de recordar quién era yo o por qué estaba allí. Y cuando lo entendía, simplemente le daba igual... nunca le importe de verdad."

A medida que hablo, puedo sentir la mirada de Alan fija en mí, sus ojos transmitiendo una mezcla de ternura y dolor, como si estuviera reviviendo mi historia conmigo. Puedo ver cómo su rostro cambia, cómo frunce ligeramente el ceño al escuchar lo que viví, y cómo, a pesar de todo, sigue manteniéndose tan cerca, sin soltarme. Su pulgar acaricia el dorso de mi mano, un pequeño gesto que me mantiene anclado en el presente.

"Fue a los 10 años cuando realmente entendí lo que significaba ser omega. Mi tío... tenía vicios. Bebía, apostaba y... siempre traía omegas a casa. Los trataba como si fueran objetos, como si su único propósito fuera complacer a los alfas. Y yo... yo lo escuchaba todo. Me aterrorizaba. A veces, me escapaba, iba a casa de mi tía Suay, pero él siempre terminaba encontrándome, y entonces todo se convertía en un problema."

Hago una pausa, tratando de calmar el temblor en mi voz. Alan aprieta mi mano con más fuerza, como si estuviera diciéndome que no estoy solo, que está conmigo en esto. Su mirada se ha oscurecido, pero en ella también hay una determinación, como si quisiera protegerme de todo lo que una vez sufrí.

"Con el tiempo, dejé de escaparme. Me encerraba en mi cuarto, me ponía los audífonos y subía la música al máximo, solo para no escuchar lo que ocurría. Empecé a tener miedo de los alfas... del toque, de sus miradas, incluso de sus feromonas. Me aislé. No soportaba que se acercaran. Y ya de por sí era un niño tímido y reservado. Eso solo empeoró cuando llegaron mis celos... Me volví aún más introvertido."

Alan, en silencio, sigue escuchando. Se inclina un poco más hacia mí, acortando la distancia, y aunque no dice nada, puedo sentir su apoyo en la cercanía, en la forma en que su presencia me envuelve.

"Todo cambió cuando conocí a Kluer en la universidad," continúo, sabiendo que ahora viene lo más difícil. "Él era lo opuesto a mí: extrovertido, alegre, siempre rodeado de gente. Me encontré observándolo, siguiéndolo con la mirada, hasta que un día, me prestó atención. No podía creerlo. Nos hicimos novios, y al principio, todo parecía perfecto. Pero... no podía soportar que se acercara demasiado. Empezamos a tener problemas. Lo intenté todo... incluso fui al doctor, pensando que había algo malo conmigo."

Mi voz tiembla al recordar. Alan desvía la mirada por un instante, sus labios apretados en una línea fina, como si le doliera escuchar lo que estoy diciendo. Luego, vuelve a mirarme, con una mezcla de tristeza y cariño en sus ojos, y aprieta mi mano un poco más fuerte, como si quisiera asegurarse de que siga adelante.

Destino o Casualidad (AlanxJeff)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora