Distraccion

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Jeff

Vuelvo a mirar los números que me entrega el programa en la pantalla. Están bien, pero algo dentro de mí se retuerce de inconformidad. Últimamente he estado extrañamente distraído, como si una bruma cubriera mis pensamientos. Y ahora, con Charlie ahí, practicando y coqueteando con Babe, las cosas no mejoran. El taller tiene un eco constante de motores y herramientas, pero mi mente está en otro lugar. La imagen de Babe, con su sonrisa despreocupada y esa forma casi descarada de inclinarse hacia Charlie, me saca de mi concentración. Parece que a Charlie realmente le gusta, pero... ¿le gustará a Babe lo suficiente como para quedarse solo con él? Me pregunto, sintiendo una punzada de incertidumbre que atraviesa mi pecho.

Intento enfocarme de nuevo en el programa. Los caballos de fuerza mejoraron, sí, pero hay algo que no entiendo en la configuración del auto de Babe. Sea lo que sea, influye en lo veloz y ligero que es. Pero antes de que pueda sumergirme en esos detalles, escucho una voz familiar.

—¡Hola, Jeff! ¿Cómo va todo? —La voz de Babe resuena, y cuando levanto la mirada, lo veo acercarse con esa sonrisa coqueta que parece estar tallada en su rostro, siempre juguetona, siempre despreocupada.

—Bien. Ya estoy terminando de afinarlo —le respondo, volviendo la vista a la pantalla.

—Seguro quedará bien, después de todo, eres talentoso —dice, su tono suave, pero lleno de confianza.

Me permito una sonrisa tímida. Que Babe, uno de los mejores corredores, me diga algo así es como un sueño hecho realidad. Después de todo, él es el rey de la pista, una leyenda en nuestro mundo. El ambiente a nuestro alrededor parece más cálido de repente, como si sus palabras hubieran cambiado algo en el aire.

—Por cierto, quería aprovechar para hablar contigo sobre Charlie. Se, que mas que primos son hermanos —comienza, y su voz adquiere un tono más serio. Me sorprende, levanto la mirada para encontrarme con unos ojos que ahora parecen más profundos, más enfocados de lo habitual.

—¿Vas en serio con Charlie? Él no es como tus anteriores compañeros —le digo, tratando de mantener la calma mientras lo miro fijamente.

Él suspira, sus hombros bajan ligeramente, y por un momento parece que está dejando caer una máscara que ha llevado consigo todo este tiempo.

—Precisamente. Él no es como nadie que haya conocido. Es realmente especial para mí... y me gusta mucho. Nunca me había sentido así por nadie —sus palabras salen en un susurro, cargadas de sinceridad.

—Yo... no necesito saber eso —replico seriamente. — Si ambos se gustan, estoy bien con eso. Solo... solo no quiero que Charlie sufra como... Bueno, no quiero que termine con el corazón roto.

Mi voz se apaga al final, apenas un hilo, cargado de una mezcla de preocupación y dolor. No sé por qué me afecta tanto, pero lo hace. No quiero que Charlie pase por lo mismo que yo.

Babe me mira con suavidad, su expresión cálida.

—No lo hará, lo prometo. Realmente lo cuidaré —me asegura, y aunque sus palabras me tranquilizan un poco, hay algo en mi pecho que sigue apretado.

Asiento, tratando de creerle, de confiar. Quizás, solo quizás, la gente sí pueda cambiar por amor. Pero antes de que pueda profundizar más en esos pensamientos, su rostro vuelve a iluminarse con esa sonrisa traviesa.

—Y bueno, eso te hace mi hermano menor por partida doble —bromea, rompiendo la tensión con su tono juguetón.

—¿Doble? —pregunto, confundido.

—Sí, eres mi pequeño hermano por parte de Charlie... y también por parte de Alan —dice, su sonrisa se ensancha aún más mientras sus ojos se fijan en mi cuello, en la marca que Alan dejó. Puedo sentir el calor subiendo rápidamente por mis mejillas.

Destino o Casualidad (AlanxJeff)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora