Bill Kaulitz es un chico muy simpático tan tierno y tan romántico cuando está con la persona correcta, siempre se pregunto porque le ponía tanto sentimiento cantando las canciones si jamás se había enamorado de alguien realmente?.
Muchos dicen que l...
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Bill Kaulitz (Lia's boyfriend)
- ¡Vamos! - grite en la sala esperando ver a Lia bajar para salir a cenar.
Y supe que ella venía cuando escuché un ruido de tacones, cuando voltee para verla pase saliva de lo nervioso que me hacía sentir verla así.
Ese sentimiento que nunca se escaparía de mi alma. Sabía que estaba destinado a sentirlo para siempre y no me molestaba, ¿Cuando me ha molestado amar a Lia? Jamás.
- Creo que estoy celoso... otros chicos podrán ver qué eres la mujer más atractiva del lugar - solté y la tomé de los brazos que tenía descubiertos. Ella sonrió tontamente, aunque ella no lo supiera, gracias a esa sonrisa vivo cada día.
- ¿Pero porque no piensas en lo que yo siento ahora? También pienso que las chicas van a dejar de respirar al ver a este rubio atractivo - ella paso sus brazos sobre mis hombros. Le di unos castos besos por sus brazos descubiertos.
- Pero soy solo tuyo... - le acaricié su mejilla.
Estaba débil, si ella me pedía las estrellas no lo dudaría en traerselas. Aunque ya se las he echo ver.
- Aún no...falta algo... - ella me mostró su dedo anular. Hasta parecía que ya lo sabía.
Que sabía que en unas cuantas horas le pediría que se casará conmigo para toda la vida. Eso me hizo sentirme más nervioso. Traía un bulto cerca de unos de mis bolsillos, era la caja del anillo.
Ella se intentó acercarse más a mi. Pero temi que se diera cuenta rápidamente sobre lo que escondia sobre el bolsillo de mi pantalón. Me separé un poco de ella, para mi suerte no se lo tomó mal. Me dió una sonrisa decidida a salir de la casa al restaurante.
Mis manos sudaban, ella podía sospechar. Suspire cuando ella se volteo para caminar hacia la puerta, me seque las manos en la tela de mi pantalón y decidí seguir actuando normal. La persegui y la tomé por la cintura, le abrí la puerta y ella salió antes que yo. Subimos al auto para dirigirnos al restaurante que tenía reservado.
(...)
- Creo que estoy llena - dejo caer un cubierto cerca de el plato. Mientras me observaba terminar mi postre. Pensativo y distraído.
- Si... - dije para no levantar sospechas - No puedo acabarlo - hable del postre que estaba terminando.
- No lo tienes que acabar - me dió una sonrisa - Mejor hay que pagar e ir a la casa! - dijo alzando su brazo para pedir la cuenta.
La detuve, baje su brazo delicadamente a lo que ella frunció el seño.
- ¿Que pasá? ¿Te lo terminarás? - pregunto sobre el pedazo de pastel que tenía sobre la mesa.
- No...yo pagaré... - dije nervioso.
La cena estaba acabando y yo aún no le pedía su mano, sigo siendo el mismo tonto tímido con ella. Es que verla con esos ojos, no puedo evitar rendirme ante ella y ceder a lo que me diga. Estoy condenado a ella.
