21 | Capítulo |

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Roxanne.

Ravenfil.

Mi corazón latía desbocado, y antes de que pudiera detenerme, las palabras salieron de mis labios, desafiantes, imprudentes.

—Muéstrame.

¿Qué estaba haciendo? Sabía perfectamente que estaba provocando al monstruo que tanto odiaba, al hombre que me tenía atrapada en una red de confusión, tensión y algo más que me negaba a admitir. Pero en ese momento, no pensaba con claridad. Mi mente estaba nublada, y mi cuerpo, traicionero, reaccionaba a la proximidad de Mason como si lo deseara, aunque mi razón gritara lo contrario.

Lo vi fruncir el ceño, y un gruñido bajo escapó de su garganta, como si acabara de romperse algo dentro de él. Su mirada se oscureció, y por un segundo pensé que lo había llevado demasiado lejos. Mason dio un paso hacia mí, y antes de que pudiera reaccionar, me empujó con fuerza contra la pared. El aire escapó de mis pulmones, pero no me dolió, no realmente. Lo que sentí fue otra cosa. Algo más profundo. Más peligroso.

Su frente chocó con la mía, y nuestros rostros quedaron tan cerca que podía sentir su respiración caliente y entrecortada mezclarse con la mía. Mis manos, atrapadas entre mi espalda y la pared, temblaban ligeramente, no por miedo, sino por la intensidad del momento. Podía ver cómo sus ojos me estudiaban, llenos de rabia contenida, deseo, y algo que no lograba descifrar.

—No sabes lo que estás pidiendo, Roxanne —gruñó, su voz baja y ronca, resonando en mis oídos como un desafío—. No sabes lo que me haces querer... lo que me haces desear.

Mi pecho subía y bajaba rápidamente, luchando por mantener el control. Pero en el fondo, sabía que ya lo había perdido. Mason estaba tan cerca, su cuerpo apenas separado del mío, sus manos apretadas contra la pared junto a mis hombros, creando una prisión invisible de la que no podía, ni quería, escapar.

—¿Y qué es lo que deseas, Mason? —mis palabras fueron apenas un susurro, pero lo suficientemente claras como para que las escuchara.

Vi cómo apretaba los dientes, sus ojos clavados en los míos, ardiendo con una intensidad que me quemaba por dentro. Sabía que estaba jugando con fuego, y lo peor era que no me importaba. Su mirada bajó hacia mis labios, y por un momento, el tiempo pareció detenerse.

—Te lo advertí, Roxanne... —su voz se quebró, como si luchar contra sus propios impulsos le doliera—. No soy alguien con quien puedas jugar.

Podía sentir la tensión vibrando en el aire entre nosotros, como una cuerda a punto de romperse. Cada centímetro de mi piel estaba alerta, mis sentidos amplificados por su cercanía. Sabía que estaba a punto de cruzar una línea peligrosa, una que no tendría vuelta atrás. Pero, en ese momento, las consecuencias no parecían importarme.

Mi respiración se mezclaba con la suya, y antes de que pudiera detenerme, levanté ligeramente mi rostro, rozando sus labios con los míos. Fue apenas un toque, pero suficiente para desatar lo que ambos habíamos estado conteniendo.

Mi cuerpo se movió por sí solo. Antes de poder detenerme o siquiera pensar en las consecuencias, mis labios buscaron los de Mason. Fue un beso que no debía suceder, pero en ese momento no me importó nada más que la sensación de sus labios contra los míos, como si estuviera cruzando un límite prohibido que ambos habíamos establecido.

Al principio, lo sentí tensarse, resistiéndose, como si estuviera luchando contra sí mismo. Pero esa contención duró solo un segundo. De pronto, la barrera que lo había mantenido bajo control se rompió, y lo sentí ceder, liberando toda esa furia contenida, todo el deseo que había estado sofocando.

Un gruñido profundo resonó en su pecho mientras me empujaba de nuevo contra la pared, esta vez con más fuerza. Mi espalda chocó contra el frío concreto, y el impacto me dejó sin aliento, pero no me importaba. Todo lo que podía sentir era el calor abrasador de su cuerpo aplastándose contra el mío. Mason envolvió mis piernas alrededor de sus caderas con un movimiento brusco, y yo instintivamente las aferré a él, como si fuera mi única ancla en medio de este torbellino que habíamos desatado.

Two Roses Black (ALONE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora