14 | Capítulo |

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Roxanne.

Ravenfil. Noche de la gala.

La música envolvía el salón en un suave murmullo, como una melodía que parecía seguir el ritmo de mi corazón acelerado. Con cada paso que daba, las suaves telas del vestido carmín parecían danzar a mi alrededor, captando los destellos de luz que se filtraban a través de las imponentes candelabros del techo. Las escaleras de mármol bajo mis pies eran una obra de arte en sí mismas, y cada escalón que descendía me acercaba más a un mundo de miradas expectantes y murmullos curiosos.

Mi corazón latía con una mezcla de emoción y nerviosismo. Esta noche, no era la Roxanne insegura y temerosa de siempre.

Esta noche, estaba envuelta en una confianza que me hacía sentir casi como una reina, dominando el escenario con cada paso calculado. Mi mirada estaba fija al frente, y aunque sentía las miradas pesadas sobre mí, me aferraba a la seguridad que el vestido y la ocasión me ofrecían.

Cuando llegué a la planta baja, la entrada a la sala principal se abrió ante mí como un telón levantándose para revelar el acto principal. Todos los ojos se volvieron hacia mí, y el silencio momentáneo que siguió a mi llegada parecía envolver todo el espacio. El efecto fue tan impactante que casi podía sentir las ondas de asombro y curiosidad que se propagan a través de la multitud.

Distinguí a los miembros de la manada, cada uno con su propia presencia poderosa y única. Alice estaba en un rincón, su sonrisa radiante y su mirada llena de satisfacción y orgullo. Jasper estaba cerca de ella, sus ojos fijos en mí con una mezcla de admiración y algo más profundo, algo que no podía definir completamente en ese momento.

Veronica, con su porte majestuoso y elegante, también me observaba, su mirada analítica evaluando cada detalle de mi apariencia. Derek estaba en la misma zona, con su usual aire de distancia pero con una chispa de interés en sus ojos. Beatrix, con su estilo característico y su actitud despreocupada, me miraba con una expresión que oscilaba entre la sorpresa y la intriga. Owen, al fondo, tenía una presencia que no podía ignorarse, su mirada fija en mí con un tipo de intensidad que me hacía sentir como si estuviera siendo medida en más de un sentido.

Mientras avanzaba con gracia, mi mirada se movió entre los rostros conocidos y desconocidos, intentando captar las impresiones que causaba. Cada rostro parecía estar evaluando mi entrada, y en esa multitud, me preguntaba cuántos más novenarios estaban presentes, escondidos tras las sonrisas y las máscaras de la gala.

El salón estaba iluminado con una luz cálida y dorada que acentuaba aún más la atmósfera de la noche. La elegancia de la mansión y el lujo del entorno solo servían para realzar la sensación de que estaba en el centro de un evento que no era solo una gala, sino una demostración de poder y presencia.

Me sentí poderosa, casi como si el vestido y el ambiente hubieran transformado no solo mi exterior, sino mi interior también. Esta noche no solo era una exhibición de moda; era una declaración de mi lugar en este mundo lleno de misterio y poder. Cada mirada, cada susurro, era un recordatorio de que estaba marcando mi presencia, y estaba lista para enfrentarlo todo con una confianza inquebrantable.

Al final del pasillo, me detuve brevemente, permitiendo que la emoción y la expectativa llenaran el espacio entre nosotros. La noche era mía, y con cada paso, me acercaba más a la verdadera comprensión de lo que significaba ser una novenaria en este nuevo mundo que estaba descubriendo.

Algo debía destacar, alguien para ser específicos. Un aura que me dio escalofríos pero a la vez calidez por el fuego ardiente.

La señora Blackwood.

Mientras seguía descendiendo las escaleras, el murmullo en el salón se reanudó, y la atmósfera se cargó de una nueva tensión, como si un nuevo elemento hubiese entrado en escena. Al llegar al pie de las escaleras, mis ojos captaron a una mujer que se destacaba entre la multitud, como una figura etérea que parecía iluminarse por sí misma.

Two Roses Black (ALONE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora