20 | Capítulo |

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Roxanne.

Ravenfil.

La situación se estaba volviendo más ridícula por momentos. Apenas había terminado de decirles que se relajaran cuando noté que Owen había sacado su teléfono, con una sonrisa emocionada en el rostro, y comenzó a grabar todo. Al parecer, el drama era demasiado bueno como para no capturarlo.

—Esto es mejor que cualquier película —murmuró, riéndose para sí mismo mientras enfocaba a Aiden, a Masón y a mí.

La mesa entera seguía observando, algunos comiendo distraídamente, otros susurrando apuestas sobre quién cedería primero. Estaba a punto de excusarme y salir de allí cuando sentí la mano de Masón alrededor de mi muñeca. Me jaló hacia él con un movimiento rápido, su rostro a solo unos centímetros del mío.

—No te vayas aún, Roxanne —murmuró, su voz baja y llena de esa autoridad que siempre intentaba imponer. La cercanía me hizo estremecerme por un segundo, pero me resistí. Ya había tenido suficiente de su control.

Con un tirón brusco, me solté de su agarre. Masón frunció el ceño, claramente no acostumbrado a que le respondieran de esa manera. Pero antes de que pudiera decir algo, sentí que los brazos de Aiden se envolvían alrededor de mi cintura por detrás. Me giré para verlo, y allí estaba, sonriendo de esa manera traviesa, con los ojos brillando de diversión.

—Vamos, Rox. Relájate. —Aiden se inclinó, acercándose peligrosamente a mis labios, como si estuviera a punto de besarme.

Antes de que pudiera reaccionar, sentí una corriente de tensión estallar en el aire. Masón, que ya estaba bastante molesto, no soportó más. Sin pensarlo, lo empujó con fuerza, separándonos. Aiden dio un paso atrás, soltándome en el proceso, y antes de que las cosas se pusieran aún más intensas, mi paciencia se agotó.

—¡Ya basta! —exclamé, dándoles a ambos un fuerte zape en la cabeza. Primero a Masón, que apenas se inmutó pero me miró con una mezcla de sorpresa e irritación, y luego a Aiden, que, al recibir el golpe, hizo una mueca cómica y bajó la cabeza como un cachorro regañado.

—¿Qué demonios les pasa a ustedes dos? —les dije, cruzándome de brazos y mirándolos con severidad. Aiden me miró con esa expresión de niño al que acaban de castigar, con los labios ligeramente fruncidos y las cejas alzadas.

—Lo siento, Rox —dijo Aiden con un puchero exagerado, intentando hacerse el inocente. Pero sus ojos aún brillaban con esa chispa de diversión, y pude ver que estaba disfrutando de todo este caos.

Los demás alrededor de la mesa soltaron risas ahogadas, claramente disfrutando del espectáculo tanto como Owen, que seguía grabando con una sonrisa de oreja a oreja.

—Aiden, te lo digo en serio —le dije, aunque no pude evitar que una pequeña sonrisa se colara en mis labios. A pesar de todo, era imposible no reírse de su actitud.

Masón, por su parte, seguía observándonos, pero ahora con una expresión más sombría. No decía nada, pero su mirada ardía, como si estuviera calculando sus próximos movimientos. Sabía que esto no había terminado, y que probablemente estaba planeando su próxima provocación.

Pero por ahora, disfrutaba del pequeño respiro. Me giré hacia la mesa, sacudiendo la cabeza.

—¿En serio? —dije, mirando a todos los miembros de la manada que estaban entretenidos con el drama. —¿Esto es lo que consideran divertido?

Alice, sin dejar de sonreír, levantó una ceja y respondió en tono juguetón.

—Bueno, Rox. No todos los días tenemos un triángulo amoroso en medio de nuestras hamburguesas.

Two Roses Black (ALONE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora